El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, acusó ayer a los grupos radicales que desde hace diez días ocupan las calles que rodean el Parlamento canadiense de “bloquear” la democracia, a la vez que demandó el fin de la protesta. Trudeau participó en un debate parlamentario de emergencia solicitado por el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) para tratar sobre la protesta que tanto el alcalde de Ottawa, Jim Watson, como el jefe de policía de la capital canadiense, Peter Sloly, han calificado de “ocupación”.
El primer ministro canadiense, en su primera aparición en la Cámara de los Comunes tras contraer el covid-19 el pasado 31 de enero, declaró durante el debate que “los canadienses tienen el derecho a protestar, a estar en desacuerdo con su Gobierno y a que sus voces se oigan”. Pero a continuación añadió que no tienen el derecho a bloquear la economía, la democracia o las vidas diarias de otros ciudadanos. “Tiene que parar”, añadió tras señalar que la policía de Ottawa ya ha sido reforzada con 300 agentes de la policía montada y que proporcionará los recursos que la ciudad necesite para responder a la situación.
El pasado lunes, Sloly reconoció durante una rueda de prensa su incapacidad para restaurar el orden en la capital e hizo un llamamiento para el envío de 1.800 agentes de la policía montada y de otras ciudades cercanas, para controlar la situación. Ante la presión mediática y las tensiones generadas por la falta de diálogo con los sectores protestantes, la policía de Ottawa ha arrestado a 20 personas e impuesto unas 500 multas por incumplimiento de la normativa local, como el transporte de combustible para mantener los camiones en funcionamiento o exceso de ruido por el uso constante, día y noche, de las bocinas de los vehículos.
También el lunes, un juez prohibió a los manifestantes durante diez días el uso de las bocinas de decenas de camiones que bloquean las calles en torno al Parlamento. Hace diez días que los manifestantes usan las bocinas de sus camiones de alto tonelaje día y noche, lo que ha provocado enfrentamientos con los vecinos. Las protestas se iniciaron el pasado 29 de enero cuando el llamado Convoy de la libertad, organizado por camioneros opuestos a las vacunaciones y al pasaporte sanitario por el covid-19, atrajo a Ottawa más de 3.000 camiones en un comienzo y entre 10.000 y 15.000 manifestantes, números que se incrementan a medida que pasan los días. Se han sumado también sectores del campo con tractores a ocupar las calles de distintas ciudades y ganaderos a caballo, por lo que la presión para el gobierno canadiense se está intensificando.