Una maestra jardinera, la cual fue identificada como Wang Yun (39), fue ejecutada este jueves luego de ser sentenciada a la pena de muerte por haber envenenado a 25 chicos con nitrito de sodio, de los cuales uno falleció. El caso ocurrió en 2019 y conmocionó a toda la población de China.
Según informaron las autoridades policiales en su momento, la mujer había comprado nitrito de sodio, que es producto químico usado sobre todo para la conservación y antioxidación de las carnes y embutidos, pero que en dosis elevadas puede ser muy tóxico. Acto seguido, utilizó el producto en la guardería donde trabajaba para vengarse de un profesor con el cual había tenido una discusión.
El lamentable hecho ocurrió, precisamente, el 27 de marzo de 2019. La maestra, con sed de venganza, agregó nitrito de sodio en el arroz que consumieron los menores que estaban a cargo del maestro con el que ella había discutido. A raíz de esto, 25 chicos se intoxicaron con la sustancia y uno de ellos, que tenía tan solo 10 meses de vida, murió por un fallo multiorgánico.
El caso se difundió por los medios locales e internacionales y tras una exhaustiva investigación, Yun fue condenada a muerte por “arrojar productos peligrosos en la comida”. Cabe mencionar que también la habían privado de sus derechos civiles hasta que quedara firme la condena.
Lejos de quedarse de “brazos cruzado”, la mujer hizo todo para apelar. Sin embargo, el Tribunal Superior de la provincia de Henan rechazó la petición y confirmó la pena de muerte para la mujer, que se llevó a cabo ayer.
OTRO CASO SIMILAR
Según informaron los medios asiáticos, el caso de esta maestra no es uno aislado, sino que es uno más que se suma a la lista de muertes causadas en las guarderías chinas en los últimos tiempos.
La violencia que azota el país se vio reflejado con lo ocurrido el lunes pasado. Ese día, un hombre de 25 años atacó con un cuchillo un jardín de infantes en la localidad china de Lianjiang, en la provincia de Cantón, provocando al menos seis muertos y un herido.
Cabe destacar que la pena de muerte es una condena común en China y aunque conocer los datos oficiales sobre esta práctica es tarea difícil, ya que las autoridades chinas no facilitan estos datos, se estima que en 2022 “se llevaron a cabo miles de ejecuciones”, según un informe realizado por la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional.