Una investigación publicada en la revista Nature Neurology demostró que el cerebro de la mujer reduce su tamaño durante el embarazo, pero recupera su volumen original unos meses después sin que esto sea perjudicial. El estudio documenta los cambios neuronales y anatómicos en una mujer antes, durante y después del embarazo. Se trata del primer mapa cerebral de una mujer embarazada, basado en las resonancias magnéticas realizadas a la investigadora Elizabeth Chrastil, quien se ofreció como sujeto de estudio.
Este trabajo amplía el conocimiento sobre los cambios cerebrales durante el embarazo, destacando una reducción del volumen de materia gris y del grosor cortical en la novena semana de gestación. En el pasado se conocían los cambios fisiológicos en el cerebro de las embarazadas, pero este estudio profundiza en los cambios neuronales.
Las investigadoras asociaron estas modificaciones con el aumento de dos hormonas clave: el estradiol y la progesterona. También observaron que, aunque el volumen de materia gris disminuye, la cantidad de materia encargada de la conectividad cerebral, aumenta. Esto se da especialmente en los lóbulos temporal y occipital, mejorando así la comunicación entre diferentes áreas cerebrales.
Emily Jacobs, de la Universidad de California-Santa Bárbara, explicó que parte de estos cambios persisten hasta dos años después del parto, mientras que otros desaparecen en los primeros meses posparto. Según Jacobs, los resultados sugieren que el cerebro femenino podría experimentar un “refinamiento cortical” durante el embarazo, similar al que ocurre durante la pubertad.
El estudio, que incluyó el análisis de 26 resonancias magnéticas y análisis de sangre, ofrece datos de acceso libre para futuras investigaciones, que podrían ayudar a explorar la relación entre estos cambios cerebrales y la depresión posparto, una condición que afecta a una de cada cinco mujeres.
“Cuanto más conozcamos sobre el cerebro materno, mayores serán las posibilidades de prevenir o aliviar estas dolencias”, afirmó Jacobs. Por su parte, Susana Carmona, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón, destacó la importancia de ampliar estos estudios a grupos más grandes para comprender mejor los fenómenos relacionados con el embarazo y la salud mental posparto.