El estudio, elaborado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (UAB), indica que las comunidades locales perciben que las plantas y hongos silvestres comestibles están “cambiando su distribución, sabores, productividad, calidad, tiempos de fructificación y disminuyendo en abundancia”. Según la científica colaboradora en la investigación, Victoria Reyes-García, “encontramos que esto sucede en todos los tipos de plantas y en todas las zonas climáticas, en su mayoría frutas y verduras”.
El botánico Christoph Schunko, autor principal del estudio, explica que en las comunidades locales están “preocupados” por la disminución de plantas que “en muchos casos son esenciales para su nutrición” e indica que “los comestibles silvestres a menudo no se tienen en cuenta lo suficiente en las políticas”.
Según el estudio, los principales causantes de la disminución de la abundancia son el uso de la tierra para la agricultura extensiva y dependiente de insumos químicos que agotan los suelos y los envenenan, la silvicultura y la infraestructura, la sobreexplotación y la contaminación general.
Schunko indica que “las estrategias para contrarrestar la disminución de la abundancia deben adaptarse a cada contexto geográfico y sociocultural” y que “se deben incluir las voces de las comunidades locales si se quiere que se tenga éxito”.
Los responsables del estudio indican que en todo el planeta hay alrededor de 7.000 especies de plantas silvestres y 2.000 especies de hongos que “son fuentes importantes de micronutrientes y pueden tener una amplia gama de efectos positivos para la salud”, además de ser “importantes para las culturas locales”.