El primer ministro británico, Boris Johnson, confirmó este lunes el primer fallecimiento en Reino Unido de un paciente con coronavirus infectado con la variante Ómicron.
Johnson le confesó a los noteros gráficos -durante una visita a un centro de vacunación en Paddington, en Londres- que ”lamentablemente, Ómicron está produciendo hospitalizaciones y se ha confirmado que al menos un paciente ha muerto”.
Según trascendidos, aún no se precisó si la persona fallecida se encontraba vacunada o no. Sin embargo, el domingo, el Gobierno británico elevó el nivel de alerta por la ligera propagación de coronavirus ante el “rápido aumento” de los contagios con la nueva cepa surgida del continente africano. Anunció un plan de emergencia para aplicar un millón de vacunas por día hasta fin de año.
Las autoridades de salud del Reino Unido reportaron en un comunicado oficial el aumento del nivel de alerta de 3 a 4 “a la luz del rápido aumento de los casos de Ómicron”.
Persiste la preocupación de que es más probable que Ómicron reduzca la eficacia de las vacunas, pero hasta el momento los científicos creen que una tercera dosis proporcionará una protección significativa.
El domingo fue el día del mensaje dirigido a la nación por parte de Johnson y dijo: “Nadie debería tener ninguna duda, se avecina un maremoto de Ómicron”.
Añadió que ”siento decir que afrontamos ahora una emergencia en nuestra batalla contra la nueva variante y debemos reforzar nuestro muro de protección de vacunas para mantener a salvo a nuestros amigos y seres queridos”.
También se encargó de aclarar que los científicos británicos informaron que Ómicron se duplica en el Reino Unido cada dos o tres días.
En suelo británico ya se detectaron 1.898 casos de la nueva variante, que según autoridades sanitarias se está propagando más rápido que la cepa asiática, Delta y seguramente se convertirá en dominante en el país en los próximos días.