La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció este miércoles 23 de marzo el levantamiento de las estrictas restricciones relacionadas con la COVID-19. La medida entrará en vigencia a principios de abril. Ardern anunció los cambios en vista de las altas tasas de vacunación y proyecciones de que el brote de la variante ómicron alcanzará su pico en las fechas mencionadas. A partir del 4 de abril, ya no se requerirán pases de vacunación para ingresar a tiendas y recintos, y se eliminará la obligatoriedad de vacunación para los trabajadores de los sectores de la educación, la Policía y la defensa.
Sin embargo, el personal de los campos de la salud, la discapacidad, el cuidado de los adultos mayores, las correccionales y el movimiento fronterizo aún deben vacunarse para trabajar. El Gobierno también decidió abolir todos los límites a las reuniones al aire libre a partir del sábado, por lo que todas las citas deportivas, los conciertos y otras reuniones realizadas en exteriores se reanudarán.
Por su parte, el límite de las reuniones en espacios interiores se duplicó de 100 a 200. Ardern indicó que los mandatos fueron “indudablemente” una de las razones por las que Nueva Zelanda llegó a una tasa de vacunación del 95% para la población elegible, y agradeció a los ciudadanos por sus “enormes sacrificios” en los últimos dos años. Hasta el momento, la nación isleña ha vacunado completamente al 95,1 % de su población de 12 años o más, mientras que el 72,8 % ha recibido dosis de refuerzo.
Durante las últimas 24 horas, el país reportó 20.087 nuevos contagios y 11 muertes por el virus, lo que elevó el recuento total de casos a 538.839 y de muertes a 210 desde el comienzo de la pandemia, según el Ministerio de Salud neozelandés.