Parece una escena salida de una película de suspenso, pero es real y sucedió en la localidad holandesa de Spijkenisse durante el domingo pasado. Es que un tren descarriló y estuvo a punto de caer al vacío desde la vía elevada a diez metros del suelo por la que circulaba, y de no ser por la obra de arte con forma de cola de ballena la formación se hubiera estrellado contra el suelo.
El ferrocarril había llegado a la última estación minutos antes de la medianoche, pero por razones que aún se están investigando, no frenó, rompió la valla de seguridad que marca el final de las vías y siguió hasta descarrilarse y apoyarse en la obra de arte.
De esta forma el primer vagón de la formación quedó suspendido en el aire sostenido por la escultura. La buena noticia es que el vehículo no tenía pasajeros y más allá del accidente el conductor puso salir de la misma por sus propios medios.
Ahora las autoridades del lugar están buscando la manera más segura de retirarlo. La estructura, denominada “Colas de ballena” fue hecha en poliéster por el artista Maarten Struijs y está allí colocada desde el año 2002.