Al hablar de Vikingos, seguramente a la mayoría se nos vienen a la mente las imágenes de la serie de televisión, donde mostraban que cuando varios guerreros fallecían se los subía a un barco con sus armaduras y armas y luego el mismo era prendido fuego. Pero un reciente descubrimiento indica que las despedidas de los soldados no eran tan así.
La arqueóloga Birgitta Berglund y el biólogo Jorgen Rosvold determinaron que además de sus mejores ropas, joyas y armadura, los valientes guerreros que pasaban a mejor vida eran recostados sobre varios almohadones de plumas. Al parecer esta costumbre tuvo lugar durante el siglo VII por los antiguos nórdicos en el cementerio de Valsgärde, Uppsala, Suecia.
No solamente la cabeza era apoyada en los almohadones, sino que el resto del cuerpo también, y los mismos eran cubiertos con paja. Pero esto no era utilizado para que los cuerpos tuviesen un cómodo viaje al más allá.
Dentro de los cojines encontraron plumas de diferentes animales como patos, gansos, gorrión, gallinas y búhos. Por esta razón creen que esto podría estar relacionado a un rito chamánico, ya que este último animal está relacionado con la espiritualidad para los nórdicos de entonces, por lo que se cree que estos almohadones tendrían una simbología mucho más precisa.
Los científicos Berglund y Rosvold llegaron a estas conclusiones luego de analizar unos 15 barcos funerarios en el cementerio de Valsgärde y donde pudieron identificar el tipo de plumas gracias al buen estado de conservación de las mismas, según publicó La Vanguardia.