Un hombre galés de 53 años asesinó a su amigo porque era el amante de su esposa. Pero el crimen le demandó planificación: engañó tanto a la víctima como a su pareja, tendió una trampa y hasta quemó el cadáver del hombre. Finalmente, esta semana condenaron al homicida a prisión perpetua.
La historia, digna de un drama televisivo, se remonta a enero pasado, cuando Andrew Jones (53) descubrió que su amigo, Michael O’Leary, era el amante de su esposa, identificada como Rhiannon. En una granja aislada en Cwmffrwd, al sur de Gales, Jones le disparó con un rifle Colt .22 a O’Leary, envolvió el cuerpo en un plástico, lo guardó en el baúl de la camioneta, la mantuvo oculta, la prendió fuego y luego la tiró al río, junto al celular y las llaves.
La intención de Jones era convertir el crimen en un suicido, sin que las autoridades sospecharan de su autoría. Si bien al principio creyó haber logrado despistar la atención, las pruebas y sus propios errores le costaron caro.
Para el homicidio, el marido de Rhiannon usó el teléfono secreto de la mujer, se hizo pasar por ella y le envió un mensaje de texto a O’Leary, pidiendo un abrazo. De esta forma, lo sedujo y citó en la granja, escenario del crimen.
Antes de arrojar la camioneta al río y descartar el celular de su amigo, Jones envió, desde el teléfono del muerto, otro mensaje de texto. Decía “lo siento mucho” e iba dirigido a familiares, con el propósito de instalar la idea de suicidio.
En el transcurso de la investigación -en un principio, investigada como desaparición y muerte-, los agentes descubrieron la relación entre O’Leary y la esposa de Jones. Imposibilitado de continuar con su farsa, el hombre tamizó otra versión. Dijo que a su amigo lo llevó a la granja para asustarlo por enterarse del affaire, pero que, en el medio de una supuesta discusión, le disparó accidentalmente. De nada sirvió: esta semana le dictaron la pena máxima de cárcel.
Según informó BBC, O’Leary, quien viajó varias veces de vacaciones con su amigo Jones, conoció y se enamoró de Rhiannon en el gimnasio. Ambos mantuvieron una relación amorosa desde 2019. En esos meses, Jones se percató de la doble vida de ambos y aprovechó para cranear el crimen de su compañero.
La condena dictada esta semana no será suficiente para la paz de la familia de O’Leary. Ni siquiera pudieron hacer un funeral digno, ya que el cuerpo del hombre había sido desmembrado. La sangre de O’Leary fue detectada en una carretilla elevadora en la granja. El análisis de ADN mostró, luego, que un trozo de intestino de 10 gramos también hallado en la granja provenía del fallecido.