La izquierda venezolana exigió que “se respete la voluntad popular” y dijo “no a la represión”, al tiempo que propuso “construir una alternativa revolucionaria independiente a un régimen en descomposición y una derecha empresarial y pro `yanky`”.
Según una declaración la Liga Internacional Socialista, Nicolás Maduro encabeza un “régimen autoritario, ajustador y represor que cuenta con la complicidad de China y Rusia”, en tanto que se le oponen “derechas, ultraderechas y el imperialismo estadounidense y europeo”.
“Unos y otros son poderes imperiales con sus propios intereses, en una contienda por quedarse con la administración y ganancia del multimillonario negocio petrolero de Venezuela, en el marco de sus disputas globales”, definió la Liga.
Para esa organización política que agrupa a partidos trotskistas de diversos países, “el régimen de Nicolás Maduro en su forma actual es un resultado degenerado hasta un punto irreconocible del proceso iniciado por las masas trabajadoras de Venezuela durante la Revolución Bolivariana, que había puesto a Chávez y al PSUV en el poder”.
“Sin embargo, el fracaso de este proceso para derrocar al capitalismo y la insistencia de su dirección en mantenerlo dentro de los confines del régimen capitalista han llevado a la situación actual en Venezuela”, indicó la organización, que en la Argentina tiene al Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) como componente.
La declaración agrega: “Bajo Maduro, la continua erosión y supresión del proceso revolucionario ha alcanzado una transformación cualitativa que ha dado lugar a un régimen corrupto y represivo que se adapta a las ambiciones imperialistas de las élites gobernantes chinas y rusas para su propia supervivencia, revierte todas las políticas progresistas que se implementaron en el pasado, persigue una agenda de ajuste y privatizaciones”.
“Todo esto ha llevado a un fortalecimiento ininterrumpido de la derecha y la extrema derecha en el país”, reflexiona la Liga, que define a “la oposición de derecha pro-Occidente” como “lacayos del imperialismo estadounidense” que procuran “seguir una agenda de privatización y saqueo imperialista, ajuste y neoliberalismo en una forma diferente con diferentes actores y accionistas”.
El documento abunda en críticas a toda la derecha, denuncia la represión dentro de Venezuela y propone: “una acción independiente de las masas trabajadoras venezolanas, en alianza con sus hermanas y hermanos de clase en toda la región y el mundo, armadas con un programa socialista revolucionario dentro y fuera de los canales parlamentarios como la única solución viable a la crisis actual”.