La Policía italiana desmanteló una secta que funcionaba hace 30 años con esclavas sexuales, incluyendo a menores de edad que eran víctimas de abusos. Los directores del culto se manejaban con el lavado de cerebros y prácticas de adoctrinamiento para reclutar y adoctrinar a sus decenas de integrantes.
El operativo policial tuvo lugar durante la madrugada de este lunes, tras dos años de investigación en las zonas de Novara, Milán, Génova y Pavia. Según trascendió, la “psicosecta” llevaba tres décadas operando.
Para lograr su cometido, el líder de la organización, conocido como “El Doctor” (de 77 años), apelaba a psicólogos profesionales que aprovechaban la fragilidad emocional de las mujeres, que cada vez se mostraban más convencidas por obligación a la filosofía y a las prácticas abusivas de la entidad, a menudo extremas y dolorosas.
A las “elegidas”, o “bestias”, como se llamaban entre sí, las sometían a “prácticas mágicas” (torturas), mediante las cuales se buscaba apagar “el yo pensante”, “encender el fuego interior” y entrar en un “mundo mágico, fantástico y sumamente secreto”.
La secta tenía una densa red de actividades comerciales relacionadas directamente con sus gerentes, como dos escuelas de baile o una escuela llamada Espada Celta, varias herboristerías, una tienda de artesanía e incluso una editorial, y a través de todos estos negocios podía reclutar a las jóvenes desprevenidas para adentrarlas en su mundo sectario, destacó RT.
Se estima que la secta reclutó a unas 50 mujeres. Hasta el momento, son 30 los sospechosos a los que las autoridades van a llevar a la Justicia para que respondan por la esclavitud y numerosos delitos del ámbito sexual, también en detrimento de los menores, en el caso de que los declaren culpables.