Investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) y del Centro Helmholtz Múnich (Alemania) detectaron que la alta concentración de polen en el aire puede incrementar el riesgo de contagio de Covid-19.
El grupo de científicos se encargó de analizar datos de 31 países en cinco continentes, según difundió la revista especializada “Proceedings” de la National Academy of Sciences (PNAS).
Para ello contemplaron factores demográficos y condiciones ambientales, entre ellos temperatura, humedad del aire, densidad poblacional y rasgos del confinamiento.
¿Por qué aumenta el riesgo de contraer Covid-19 con el polen?
Ocurre porque las concentraciones elevadas de polen provocan una respuesta inmunitaria más débil en las vías respiratorias, lo que conlleva la aparición de tos y resfríos, algo que los investigadores confirmaron que también sucede con el nuevo coronavirus.
Siempre es válido recordar que cuando el SARS-CoV-2 entra en el organismo, las células infectadas habitualmente liberan proteínas mensajero. Se las conoce con el nombre de interferones, cuyas propiedades antivíricas hacen que las células próximas aumenten sus defensas y “de manera adicional, se activa una respuesta inflamatoria apropiada para combatir el virus”, según el estudio citado.
Los investigadores constataron que si las concentraciones de polen son elevadas y los granos se inhalan junto con las partículas del virus, se generan menos interferones con esa capacidad.
“La respuesta inflamatoria benéfica queda igualmente afectada. Por lo tanto, en días con altas concentraciones de polen, puede llevar a un incremento del número de afecciones respiratorias”, destacaron.
En lugares sin restricciones para contrarrestar la pandemia, la tasa de infección aumentó en promedio un 4%, cuando el número de pólenes en el aire se incrementó en 100 por metro cúbico, de acuerdo con el estudio.
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En cambio, en las regiones en las que se aplicó el encierro, las cifras de infección se redujeron a la mitad en comparación con otras con concentraciones similares de polen.
Los investigadores de este estudio aconsejan el uso de barbijos que también filtren las partículas de polen, sobre todo aquellas personas que pertenecen a los grupos de riesgo.
