El destacado director de orquesta húngaro Iván Fischer presentó una barbijo diseñado con dos palmas de plástico que se adosan a las orejas y que mejora la experiencia musical en un concierto, además de prevenir contagios de coronavirus.
Este prototipo presenta la forma de dos manos de tamaño natural hechas de plástico transparente que van colocadas alrededor de las orejas permitiendo una mejor percepción del sonido, según explicó a los medios locales el director de la Budapest Festival Orchestra (BFZ).
“La mascarilla he generado interés internacional desde Japón y China hasta países europeos y americanos como EEUU y México”, explicó a EFE la jefa de prensa de la BFZ, Adél Tossenberger.
En un video, Fischer presenta su invento y recuerda las ideas del compositor Wolfgang Amadeus Mozart de “que hay que convertir la necesidad en virtud”.
“Ahora muchos usan mascarillas, algo que consideran como una necesidad, lo que al mismo tiempo ofrece una posibilidad de mejorar la acústica”, detalló el renombrado director de la BFZ.
Y luego continuó explicando que al poner las manos ahuecadas detrás de los oídos la música suena “más cálida y fuerte” y que por eso decidió inventar “la mascarilla para mejorar la acústica”.
Entonces es así que las dos manos transparentes ofrecen un sonido “que será mucho más bello”, mientras que la mascarilla cuenta con un diseño especial y elegante. Este producto estará a la venta en la oficina de la BFZ por un precio de 22 euros.
“Hemos recibido un mensaje de una persona que consideró el invento una genialidad y opinó que Iván Fischer debería ser nominado al Premio Nobel”, contó Tossenberger con humor.
Además, la jefa de prensa agregó que hay gente que considera la mascarilla como un símbolo de la pandemia, mientras que otros la compran como un objeto de decoración.
“Un cliente que compró la mascarilla, ya hace tiempo que quería algo semejante, porque oye mal y siempre ponía sus manos detrás de sus oídos para disfrutar los conciertos”, explicó.
La BFZ volvió a actuar de manera pública en septiembre tras una pausa de seis meses durante la pandemia, entonces los asistentes que recurren a sus conciertos deben usar mascarillas durante la puesta en escena como medida de prevención.
Como Fischer es un decidido propagador del uso de tapabocas decidió darle vida a esta idea aceptada por colegas.
Por otra parte, en otro vídeo aclara que los espectadores sólo podrán acudir a los conciertos de la BFZ sin síntomas, después de desinfectarse las manos al entrar en el edificio y con el uso adecuado de las mascarillas durante todo el recital.
“Los espectadores de la BFZ, que son gente muy inteligente, saben muy bien que las mascarillas que se usan debajo de la nariz no sirven para absolutamente nada”, explicó con un tinte de humor, a una de las costumbres erróneas más generales al uso de las mascarillas.
“Si alguien la usara por debajo de la nariz, le pediremos que la suba y si no lo hace, suspenderé el concierto. Seré muy severo”, concluyó el artista.