Violencia, fanatismo, intolerancia y muerte. Esta es la historia de una adolescente que vio cómo extremistas asesinaban a sus padres frente a ella y a un hermano menor, y de cómo tomó venganza.
Qamar Gul es una chica afgana que vive en la provincia de Ghor. La joven de 16 años debió presenciar a su corta edad una escena espeluznante: su padre, simpatizante del gobierno, recibió la ‘visita’ en su casa de un grupo de extremistas talibanes cuando toda la familia estaba junta el pasado 17 de julio. Más precisamente habían ido a buscar al hombre debido a la expresa simpatía con las autoridades para asesinarlo por sus ideas.
Según lo detalló el sitio The Guardian, “Los insurgentes llegaron a su puerta y su madre fue a ver quién llamaba”, dijo Mohamed Aref Aber, portavoz del gobernador provincial. “Cuando vio que estaban armados, se negó a abrir la puerta”. Tras esto los atacantes abrieron fuego contra la mujer y luego fueron tras el padre de la adolescente, a quien asesinaron segundos después.
Qamar, testigo de los crímenes, salió de su escondite y recogió un arma AK-47 de su padre y abrió fuego matando en el acto a 3 talibanes. Luego comenzó una batalla de una hora junto a su hermano Habibullah, de 12 años, en la que enfrentaron al el resto de los insurgentes.
Según los informes oficiales, a los hermanos se les unieron varios aldeanos y milicianos progubernamentales que repelieron a los atacantes. Luego las autoridades se llevaron del lugar a ambos para preservarlos.
“Estaban en estado de shock en los primeros dos días y no podían hablar demasiado, pero ahora están en buenas condiciones”, dijo Aber.