Este domingo Ucrania se vio sacudida por un ataque de drones rusos que se prolongó durante tres horas y media, dirigido contra infraestructura portuaria en la región de Odesa. Funcionarios ucranianos informaron que dos personas resultaron hospitalizadas como resultado de este ataque sin precedentes.
El ataque se produjo un día antes de la programada reunión entre el presidente ruso Vladímir Putin y su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan. La reunión tenía como objetivo discutir la reanudación de envíos de alimentos desde Ucrania bajo la Iniciativa de Granos del mar Negro, de la cual Moscú se retiró en julio.
Según los informes, las fuerzas rusas lanzaron 25 drones Shahed de fabricación iraní a lo largo del río Danubio en las primeras horas del domingo. A pesar de la peligrosidad del ataque, las defensas antiaéreas ucranianas lograron derribar 22 de los drones, minimizando los daños.
El jefe de despacho del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, Andriy Yermak, describió el ataque como parte de un intento de Rusia “por provocar una crisis alimentaria y hambruna en el mundo”. Hasta el momento, Moscú no emitió comentarios en respuesta al incidente.
En otras partes de Ucrania, la violencia también dejó su huella. Dos personas perdieron la vida y otras dos resultaron heridas durante un ataque ruso en el poblado de Vuhledar, ubicado en la zona de Donetsk. Disparos de artillería alcanzaron ocho asentamientos de la región, según informó la policía nacional de Ucrania en Telegram.
Además, fiscales ucranianos anunciaron el inicio de una investigación por crímenes de guerra tras la muerte de un agente policial en el poblado de Seredyna-Buda, ocurrida la tarde del sábado. En el mismo ataque, otros dos agentes de policía y un civil resultaron heridos. El incidente afectó a la región de Sumy, en el noreste de Ucrania.