A menos de dos meses de las elecciones en Estados Unidos, donde Joe Biden busca un segundo mandato frente al candidato republicano Donald Trump, la revista The Economist intervino en la campaña publicando una portada contundente contra la candidatura del demócrata.
Bajo el título “No hay manera de que gobierne un país”, la publicación británica ilustró su crítica con una imagen impactante: un andador para ancianos con el escudo del presidente de Estados Unidos en el centro. Esta crítica directa al mandatario estadounidense surgió tras el primer debate con Trump y generó gran controversia.
En la publicación, califican a Biden como “un anciano confundido luchando por recordar palabras y hechos” y cuestionan “la operación de su campaña para negar lo que decenas de millones de estadounidenses vieron con sus propios ojos”.
“Su incapacidad para argumentar contra un oponente débil fue desalentadora. Pero la operación de su campaña para negar lo que decenas de millones de estadounidenses vieron con sus propios ojos es más tóxica que cualquiera de las dos, porque su deshonestidad provoca desprecio”, explican en el texto.
Señala la revista que el primer debate entre los dos candidatos dejó como resultado que “la Casa Blanca ha quedado en manos de Donald Trump”.
“Según nuevas encuestas, los votantes de los estados en los que Biden debe ganar se han vuelto en su contra. Su ventaja puede estar en peligro incluso en estados que antes eran seguros, como Virginia, Minnesota y Nuevo México”, advierten.
En consonancia, con la llamada de otros medios para que Biden retire su candidatura, The Economist también señala que el Presidente de Estados Unidos debería ser recordado por sus logros y su integridad, no por su deterioro.
La revista respalda la iniciativa de “demócratas destacados que están pidiendo públicamente su retirada”. Sin embargo, advierte que si no se suma más apoyo dentro del partido, “Trump podría salir victorioso”. El artículo sostiene que, aunque los demócratas tienen razón al cuestionar la idoneidad de Trump para la presidencia, el debate y sus consecuencias han puesto de manifiesto que Biden tampoco es la opción adecuada.
Al describir los motivos, señalan: “En primer lugar, por su deterioro mental. Biden todavía puede parecer dinámico durante apariciones breves y preestablecidas, pero no se puede dirigir una superpotencia a golpe de manual, ni se puede suspender una crisis internacional porque el presidente esté pasando una mala noche”.
Las afirmaciones de The Economist van en la misma línea que las de The New York Times, que le pidió a Biden que renuncie a su candidatura para “servir al país”.