El gobierno ruso ha reaccionado con dureza luego de que Washington anunciara más de 1.000 millones de dólares en ayuda militar y humanitaria para Ucrania, y concretamente uranio empobrecido para los tanques Abrams estadounidenses que utilizan en el país para combatir a Rusia.
“Washington, obsesionado con la idea de infligir una ‘derrota estratégica’ a Rusia, está dispuesto (...) a poner una cruz a las generaciones futuras”, dice la embajada de Rusia en Washington en un mensaje de Telegram.
“Estados Unidos (...) es plenamente consciente de las consecuencias: las explosiones de tales municiones dan lugar a la formación de una nube radiactiva en movimiento”, agrega la embajada. “La decisión de la Administración estadounidense de enviar proyectiles de uranio empobrecido a Kiev es una clara señal de inhumanidad”, destaca el comunicado.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que el uso de uranio empobrecido “provocó un aumento desenfrenado” de los distintos tipos de cáncer, por lo que se trata de una “muy mala noticia” cuya “responsabilidad recaerá en Estados Unidos”.
Finalmente, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, reaccionó diciendo que el anunciado envío a Ucrania de munición de uranio empobrecido para tanques estadounidenses Abrams es un “acto criminal” que conduce a una escalada. Se espera que los cartuchos de 120 milímetros para tanques M1 Abrams sean entregados a Ucrania antes de que termine 2023.
Las municiones de uranio empobrecido son controversiales por su asociación con problemas de salud como el cáncer y defectos de nacimiento en zonas donde se han utilizado en conflictos pasados, aunque la relación directa todavía no se ha demostrado definitivamente pero su uso sí ha sido prohibido hace años para prevenir daños incalculables.