Un año después de las elecciones que le dieron la victoria, el presidente de EEUU, Joe Biden y el Partido Demócrata despertaron ayer miércoles con una contundente derrota en el estado de Virginia. Además, en Nueva Jersey, lo que los demócratas consideraban un mero trámite para reelegir a su gobernador, Philip Murphy, se convirtió en una contienda tan ajustada que todavía no está claro si el candidato republicano, Jack Ciattarelli, les arrebatará la plaza.
Glenn Youngkin ganó la elección para gobernar Virginia, con lo que el Partido Republicano de Estados Unidos, recupera el estado en un revés para el presidente estadounidense, Joe Biden, que hace casi un año se lo ganó a su predecesor, Donald Trump, por diez puntos porcentuales, según las proyecciones de los principales medios.
El silencio de Biden y la Casa Blanca, que evitaron comentar la situación, dejó claro su temor de que esos resultados sean anticipo de lo que puede ocurrir dentro de un año, cuando los demócratas se jugarán sus mínimas mayorías en la Cámara Baja y el Senado, o incluso en las próximas presidenciales, en 2024.
También se deduce de este escenario una pérdida de popularidad de Biden, en declive desde agosto y que ronda ahora el 42%, según una media de sondeos nacionales. En una encuesta publicada la semana pasada por la cadena NBC News, los votantes consideraban a Biden casi tan impopular como su polémico predecesor, Donald Trump.
La caótica ejecución de la retirada estadounidense de Afganistán y el hecho de que los demócratas en el Congreso hayan sido incapaces hasta ahora de aprobar las reformas económicas de Biden son, según Allan Lichtman, profesor de Historia y experto en elecciones en la American University, y otros analistas, dos de las causas de esa caída de popularidad.