Estados Unidos vetó el ingreso de Palestina como miembro de pleno derecho en la ONU en el marco de un proceso que llevaba paralizado desde 2011.
La recomendación de admisión ha fracasado después de que Estados Unidos haya ejercido su derecho a veto como miembro permanente del Consejo. Un total de 12 países han votado a favor -entre ellos Rusia y China-, mientras que Reino Unido, otro miembro permanente, se ha abstenido, así como Suiza. De esta forma, Palestina seguirá siendo observador no miembro, estatus que tiene desde el año 2012.
El representante adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, ha defendido tras la votación que una de las razones para rechazar el texto es que “no ha habido unanimidad” en la Comisión de Admisión para elevar la propuesta al Consejo de Seguridad.
Asimismo, ha indicado que la mejor forma de crear un Estado palestino es mediante “negociaciones directas entre Israel y la Autoridad Palestina”, que tengan el apoyo de Estados Unidos -así como de otros socios- y no mediante una iniciativa “prematura” dentro del organismo.
Por su parte, la representante permanente de Reino Unido en la ONU, Barbara Woodward, ha indicado que la opción pasa primero por “solucionar la crisis inmediata” en el enclave palestino. “Hamás todavía controla partes de Gaza”, ha señalado.
“Hoy nos abstuvimos en esta resolución porque debemos centrarnos en lograr una pausa inmediata para que entre la ayuda y salgan los rehenes, y luego avanzar hacia una solución sostenible sin retornar a la destrucción, los combates y la pérdida de vidas”, añadió.
La última vez que un Estado ejerció su derecho a veto para la adhesión de nuevos miembros fue en 1976 cuando el entonces representante estadounidense ante la ONU William W. Scranton levantó la mano para rechazar la entrada de Vietnam en el organismo internacional durante el mandato del presidente Gerald Ford. Un año más tarde, Estados Unidos dio ‘luz verde’ a la recomendación.
La resolución debía contar con el apoyo de al menos nueve de los 15 miembros del Consejo, sin que ningún miembro permanente -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido- votara en contra. Superado ese trámite, la resolución tenía que pasar por una segunda votación en la Asamblea General, donde debía contar con una mayoría de dos tercios de los 193 Estados miembro que la componen.