El Ministerio de Exteriores ucraniano ha acusado a Irán de ser “cómplice” de los ataques rusos con drones kamikazes de fabricación iraní en territorio ucraniano y ha emplazado a Teherán a dejar de suministrar estos aparatos a Rusia.
“Suministrar armas para una guerra de agresión en Ucrania y para matar a ciudadanos ucranianos convierte a Irán en cómplice de la agresión criminal rusa. Son crímenes de guerra y atentados terroristas contra Ucrania”, ha apuntado Kiev, según un comunicado de la diplomacia ucraniana. A su vez, el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, ha pedido a la Unión Europea que imponga sanciones a Irán por su “connivencia con Rusia”.
La semana pasada el Ministerio de Exteriores de Ucrania aseguró que Rusia había utilizado aviones no tripulados iraníes como parte de más de un centenar de ataques aéreos sobre infraestructuras críticas ucranianas.
Estos drones tienen forma de ala delta, miden casi cuatro metros y pesan 200 kilos. Disponen de GPS y montan un motor que les permite alcanzar un objetivo situado hasta a 2.500 kilómetros de distancia volando a una velocidad de 180 kilómetros por hora. Se lanzan en oleadas de cinco en cinco. Una vez en el aire, sobrevuelan el la zona de guerra en busca de objetivos, por lo que se les incluye en el grupo de la denominada “munición merodeadora”.
Una vez localizado el objetivo, se lanzan sobre él en picado, como un kamikaze. Su capacidad de destrucción es muy elevada y algunos modelos pueden incluso destruir blindados. Tienen un margen de error de 800 metros.
Al ser controlados de forma remota, no infligen daño a los que los operan. Sin embargo, emiten un ruido ensordecedor, similar al motor de una motocicleta, que alerta a las defensas antiaéreas. Gracias a este zumbido pueden ser detectados a lo lejos y ser derribados con un lanzacohetes.
¿Y por qué Rusia está usando este armamento ahora? La inteligencia ucraniana sospecha que por el precio. Resultan mucho más baratos que los misiles de crucero que venía usando el Ejercito ruso. Aunque no hay cifras oficiales, fabricar un ‘dron kamikaze’ ascendería a los 20.000 euros frente a los cuatro millones de un misil balístico.