En sus previsiones para la evolución de la economía mundial en los próximos dos años, publicadas este martes, el BM consideró que la demanda de los consumidores acumulada durante la pandemia “se disipará” en paralelo a los apoyos fiscales y monetarios a los que varias economías recurrieron en 2020 y 2021, lo que contribuirá a la reducción en el ritmo de crecimiento.
“Tras una fuerte recuperación en 2021, la economía global está entrando en una desaceleración pronunciada en medio de amenazas como las variantes de la covid-19 y una subida de la inflación, la deuda y las desigualdades en ingresos que pueden poner en peligro la recuperación en las economías en desarrollo”, indicó el Banco Mundial en un comunicado.
La pandemia seguirá siendo en el futuro más cercano un elemento que altere la actividad económica tal y como indica “la rápida expansión de la variante ómicron”, según el organismo. Además, considera que la desaceleración “notable” en grandes economías como EEUU y China tendrá un impacto sustancial en la demanda de bienes y servicios a los países en desarrollo.
En el caso concreto de América Latina, el BM vaticina que la región crecerá un 2,6% en 2022 y un 2,7% en 2023, después de una fortísima recuperación del 6,7% el año pasado, y se enfrenta a importantes riesgos como un aumento abrupto en la cantidad de casos de Covid-19, tensiones en la financiación y estrés relacionado con la deuda.
Por países, la economía de Brasil se desacelerará hasta el 1,4% en 2022 y repuntará al 2,7% en 2023. En Argentina, el crecimiento se desacelerará al 2,6% en 2022 y al 2,1% el año siguiente.