Un hecho aberrante ocurrió en Melbourne, Australia, cuando una pareja fue acusada de mantener a una mujer inmigrante de India como esclava durante ocho años, haciéndola trabajar sin pausa los 7 días y dejándola dormir apenas una hora por noche.
La prensa local sigue el juicio que mantienen los empleadores y ha publicado sus tan insólitos como cuestionables testimonios.
Entre otras cosas, afirmaron que era una buena trabajadora “probada y comprobada”, de quien esperaban que estuviera de guardia todas las horas del día, reporta el canal 7News.
En la contienda legal también se supo que le habían mentido a la mujer para que viajara a Australia.
Sucede que sabían que era “una persona que trabajaba duro y que toleraría estar a su entera disposición las 24 horas, los siete días”.
De hecho, también confesaron ante el tribunal de que no tenían ninguna intención de dejarla ir.
La mujer llegó por primera vez a Australia desde su hogar en el sur de la India en 2004, y se quedó en el país por dos periodos de seis meses, relata el sitio RT.
Años después, en 2007, volvió con una visa de turista válida para un mes, pero una vez finalizado el plazo se quedó en el país sin documentos y “con pleno conocimiento y connivencia” de la pareja, afirmó el fiscal Richard Maidment.
Maltratos de todo tipo
La mujer es analfabeta, se casó a los 14 años, tuvo cuatro hijos y se convirtió en abuela a los 29. Desde pequeña trabajó en el campo.
En Australia esperaba ganar dinero para ayudar a mantener a su familia en India, explicó Maidment.
Sin embargo, su salario apenas llegaba a los 3,39 dólares australianos (unos 2,5 dólares estadounidenses) diarios a cambio de lavar, cuidar de los niños, limpiar la casa y cocinar.
Además, el fiscal alegó que era maltratada y golpeada e, incluso, fue herida con agua hirviendo, cuchillos y hasta con un pollo congelado.
A la pareja también se la acusa de controlar y privar a la mujer de sus derechos y libertades fundamentales. En 2015, fue llevada a un hospital en estado demacrado y con sepsis.
Según el fiscal, los acusados querían “importar” una “sirviente probada y verificada”, siendo conscientes de que “no podían pagarle casi nada”.
De ese modo podían seguir manteniendo una casa grande y un estilo de vida de alto nivel, con vacaciones en el extranjero casi todos los años.
Los acusados se declararon inocentes y aseguraron no tener intencionalmente a la mujer como si fuera una esclava. Por el momento, el juicio continúa.