El emblemático Festival Burning Man, celebrado anualmente en el desierto de Nevada, Estados Unidos, ha concluido de manera inesperada con un triste saldo de un fallecido y decenas de miles de asistentes atrapados debido a las inclemencias climáticas.
Las fuertes lluvias que azotaron la región dejaron las carreteras de acceso impracticables, forzando a los 70,000 asistentes a quedar varados en el recinto del festival durante más de tres días en condiciones extremadamente difíciles. La situación se volvió más grave cuando se confirmó el fallecimiento de una persona en el interior del recinto.
La policía ha iniciado una investigación sobre las circunstancias de esta tragedia. La víctima pasó varios días atrapada junto con miles de otros asistentes en un entorno cubierto de barro debido a las intensas lluvias. La evacuación de los afectados comenzó el lunes después de que algunas carreteras y caminos se secaran lo suficiente para permitir el tránsito de vehículos.
A pesar de estas evacuaciones, alrededor de 64,000 personas aún se encontraban en el recinto del festival el lunes por la tarde, ya que se aconsejó esperar un día adicional para evitar congestiones de tráfico en las vías de acceso.
Las lluvias torrenciales que cayeron durante la noche del viernes y el sábado convirtieron la zona en un lodazal, dejando cientos de vehículos, incluyendo caravanas pesadas, varados en el desierto. Las carreteras de entrada y salida de la Black Rock City se cerraron el sábado, lo que llevó a los organizadores a pedir a los asistentes que conservaran sus alimentos y agua, ya que era prácticamente imposible que los vehículos circularan.
Imágenes tomadas desde el aire por un dron mostraron la impactante vista de cientos de vehículos atrapados en el lodo. El Festival Burning Man se celebra en un lago seco del desierto de Nevada, donde se construye una ciudad temporal a la que se accede por una autopista de dos carriles.
A pesar de las difíciles condiciones, los asistentes al festival continuaron participando en actividades artísticas y comunitarias que caracterizan al evento. El Festival Burning Man se rige por una serie de principios que incluyen la “responsabilidad civil”, la “expresión radical” y “no dejar rastros”, y se destaca por no permitir el uso de dinero, aunque las entradas para asistir tienen un alto costo.
“Recuerde no dejar rastro y ejercer el esfuerzo comunitario al irse. Se espera que todos los participantes empacaren todo lo que trajeron y limpien el espacio del campamento antes de abandonar la ciudad”, enfatizaron los organizadores en uno de los comunicados publicados durante el incidente.