A pesar de la división internacional en torno a la Operación Especial Militar, las delegaciones de la cumbre del G20, incluida Rusia, pactaron un borrador de comunicado final que subraya el “inmenso sufrimiento” causado por el conflicto y señala que “la mayoría de miembros condenaron con firmeza la guerra en Ucrania”.
El escrito, todavía pendiente de aprobación final de los líderes, declara que el uso de armas nucleares o la amenaza de recurrir a ellas es “inadmisible”, en un mensaje velado al presidente ruso Vladimir Putin, pero también reconoce que existen “otros puntos de vista” en el bloque. Putin faltó a esta cumbre en la paradisíaca isla de Bali y envió a su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, quien resistió estoico la lluvia de críticas del resto de líderes.
A diferencia de una reunión del G20 en julio, en la que abandonó la sala, el canciller ruso aguantó la seguidilla de reclamos, también cuando apareció por videoconferencia el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. “Estoy convencido de que ahora es el momento en que la guerra destructiva de Rusia debe y puede terminar”, afirmó el presidente ucraniano.
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, declaró este martes que, tarde o temprano, Rusia tendrá que aceptar que retirar sus tropas de Ucrania es la única salida. “Al final tendrá que llegar el momento en el que Rusia reconozca y acepte que tiene que salir de esta situación y una de las exigencias es la retirada de las tropas”, dijo Scholz en una comparecencia ante la prensa.
Scholz se refirió también al borrador de acuerdo del G20 en el que, subrayó, se deja claro que “esta guerra de agresión es inaceptable”, que se debe hacer todo lo posible por contrarrestar el impacto que tiene para el resto del mundo, y que “el uso de armas nucleares queda fuera de cualquier discusión”.
“Al mismo tiempo, existen otros puntos de vista”, agregó, pero subrayó que muchos de los países que se abstuvieron en esta condena “interiormente están convencidos de que esta guerra es injusta e innecesaria”.