La República Moldava Pridnestroviana, también conocida como Transnistria, es uno de los países más extraños de todo el mundo. Internacionalmente es reconocido como parte de Moldovia, y justamente se encuentra en la frontera entre ese país y Ucrania.
Solo posee 4.000 kilómetros cuadrados y su reconocimiento es bastante limitado. De hecho, Moldovia lo considera dentro de su territorio.
Sin embargo, mantiene una relación complicada con Modovia y de hecho en 1990 Transnitria inició una guerra para independizarse y se podría decir que lo logró.
En todo el territorio viven poco más de medio millón de habitantes de los cuales 150.000 proceden de su capital, Tiraspol.
Rusia siempre ha visto con buenos ojos el conflicto entre el territorio y Moldavia. Así, en 2011, Transnistria recibió subsidios por valor de 800 millones de dólares.
Esto provoca que, aunque la mayor parte de la economía se sostenga en la industria pesada y la producción eléctrica, la dependencia de Rusia sea muy importante.
El “billete” más pequeño del mundo
Este pequeño y extraño país posee su propia moneda, emitido por su propio Banco Central. El rublo de Transnistria cuenta con una tasa de cambio muy flotante y solo tiene validez dentro del territorio.
Unos 10 rublos de Transnistria equivalen a un euro. En 2014 el Banco Central emitió dinero efectivo hecho de plástico y del tamaño de una moneda.
Cada uno tiene un color y forma única para que sean fácil de distinguir para personas con dificultad en la vista. Son de 1, 3, 5 y 10 rublos.
Aunque se trata de una iniciativa muy innovadora para reemplazar los antigénicos billetes y las monedas, no fue bien recibida por las personas mayores. Y debido a que esa franja de población de niega a usarlas, en poco tiempo las retirarán del mercado.
