El Papa Francisco reiteró su apoyo a las bendiciones para parejas del mismo sexo. Aun así, aclaró que no se trata de la aprobación de un estilo de vida que la Iglesia católica considera potencialmente pecaminoso, sino que afirmó que estas son para individuos que buscan acercarse a Dios.
De esta forma, es la segunda vez que Francisco intenta aclarar la declaración del 18 de diciembre. Fue el 14 de enero la primera vez que el Papa declaró sobre el tema, informó Noticias Argentinas.
En un discurso dirigido a los miembros del departamento doctrinal del Vaticano, Francisco defendió el documento del Vaticano sobre bendiciones LGBTQ+, titulado en latín “Fiducia Supplicans” (Confianza suplicante). Esto generó un intenso debate dentro de la Iglesia católica, ya que un grupo de obispos se niegan a tal aplicación.
El Pontífice explicó que la intención de estas bendiciones es “mostrar concretamente la cercanía del Señor y de la Iglesia a todos aquellos que, encontrándose en situaciones diversas, piden ayuda para continuar —a veces para comenzar— un camino de fe”.
Es importante destacar que, según la doctrina de la Iglesia católica, el sexo homosexual se considera un trastorno pecaminoso, y se espera que las personas con atracción hacia el mismo sexo intenten vivir una vida casta.
Francisco aclaró que las bendiciones no pretenden justificar relaciones que la Iglesia considera irregulares. “Cuando una pareja se presenta espontáneamente para pedirlas, no se bendice la unión, sino simplemente a las personas que juntas lo han pedido. No la unión, sino las personas”, dijo Francisco.
El Papa también subrayó que estas bendiciones no deben tener lugar en un contexto litúrgico y deben impartirse discretamente, sin pompa ni ceremonia.
Desde que asumió el papado en 2013, Francisco buscó hacer que la Iglesia sea más acogedora para las personas LGBTQ+, aunque sin cambiar la doctrina fundamental.
Francisco reconoció el rechazo que generó el documento, especialmente en África, donde los obispos lo han desestimado. En algunos países del continente, la actividad sexual entre personas del mismo sexo puede ser castigada con penas que incluyen la cárcel o incluso la pena de muerte.
El Papa instó a los sacerdotes a tener en cuenta el contexto y las sensibilidades locales al administrar estas bendiciones. Teniendo en cuenta los lugares donde se vive y las formas apropiadas de hacerlo.