El Papa Francisco le confesó a un amigo, Michele Ferri, que temió por su vida el pasado 29 de marzo en plena crisis respiratoria por la que estuvo hospitalizado tres noches en Roma.
Ferri es un informático de 52 años de la ciudad de Pesaro, que recibió la llamada telefónica del papa el Sábado Santo, como es costumbre en cada Pascua, según reveló al diario local italiano Il Resto del Carlino.
“Le dije: ‘¡menudo susto nos has dado!’”, afirmó Ferri al diario. “Me explicó que había llegado inconsciente al hospital. ‘Unas horas más y no sé si lo estaría contando’, me dijo”.
Una historia de amistad que trasciende los años
Tras el asesinato de su hermano Andrea, en 2013, durante un robo, Ferri escribió al pontífice para preguntar por qué Dios le había traído a su familia tanto dolor. Entonces entablaron amistad, que según la prensa italiana les habría hecho compartir ya unas 90 llamadas telefónicas, detalla 20 Minutos.
Se sabe que Francisco mantiene una pequeña lista de personas a las que llama por teléfono con regularidad, a menudo después de consolarlas tras tragedias. El Vaticano nunca confirma sus nombres, pero no ha negado que hable regularmente con Michele.
Resumiendo la llamada, Ferri dice que el Papa Francisco le dijo: “Todavía estoy vivo” y le reconoció que estaba “cansado”. Para agregar: “Me explicó que había llegado inconsciente al hospital. ‘Bastaron unas horas más y no sé si lo contaría’, me dijo”.
Las dolencias del Papa Francisco
La semana pasada, el Papa estuvo lo suficientemente bien como para presidir todas las celebraciones de Pascua, a excepción de un servicio al aire libre en la noche del Viernes Santo en Roma, que el Vaticano dijo que se saltó debido al clima inusualmente frío, afirma el periódico El Imparcial.
Francisco padece varias dolencias, entre ellas una en la rodilla que le provoca dificultades para caminar. Además le extirparon parte de uno de sus pulmones a causa de una enfermedad que padeció de joven en Argentina.