Este miércoles Rusia invadió y atacó a Ucrania desatando una guerra que ha puesto en vilo al mundo, a medida que avanza la ofensiva, varios gobiernos del mundo amenazan y anuncian una serie de sanciones sin precedentes para el país que lidera Vladimir Putin. Pero hay una medida en particular que parece infundir temor al Kremlin y tiene que ver con el SWIFT.
Por su parte, los legisladores de Estados Unidos sugirieron en las últimas semanas retirar a Rusia del SWIFT, una red de alta seguridad que conecta a miles de instituciones financieras y bancarias de todo el mundo.
Pero los legisladores de Rusia respondieron diciendo que los envíos de petróleo, gas y metales a Europa se detendrían en caso de que decidan tomar esa decisión.
“Si desconectan a Rusia del SWIFT, no recibiremos divisas, pero los compradores, los países europeos en primer lugar, no recibirán nuestras mercancías: petróleo, gas, metales y otros componentes importantes”, aseguró Nikolai Zhuravlev, vicepresidente de la Cámara Alta del Parlamento de Rusia, según el medio de comunicación estatal TASS.
¿Qué es el SWIFT?
La Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales o SWIFT se fundó en 1973 para sustituir al fax y en la actualidad la utilizan más de 11.000 instituciones financieras para enviar mensajes y órdenes de pago seguros.
Si Rusia es retirada del SWIFT haría casi imposible que las instituciones financieras enviaran dinero dentro o fuera del país, lo que supondría un choque repentino para las empresas rusas y sus clientes extranjeros, especialmente los compradores de exportaciones de petróleo y gas denominadas en dólares estadounidenses.
“La interrupción pondría fin a todas las transacciones internacionales, desencadenaría la volatilidad de las divisas y provocaría una salida masiva de capitales”, escribió Maria Shagina, investigadora invitada del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, en un artículo publicado el año pasado para el Carnegie Moscow Center.
Excluir a Rusia del SWIFT provocaría una contracción de su economía del 5%, según estimó en 2014 el exministro de Finanzas Alexei Kudrin.
SWIFT tiene su sede en Bélgica y se rige por una junta directiva formada por 25 personas, entre las que se encuentra Eddie Astanin, presidente del consejo de administración del Centro de Compensación de Contraparte Central de Rusia. SWIFT, que se describe a sí misma como una “utilidad neutral”, está constituida conforme a la legislación de Bélgica y debe cumplir la normativa de la Unión Europea.
Las contramedidas de Rusia
Pero desde Rusia ya se había barajado la posibilidad de qué hacer en caso de que sea eliminada de la red SWIFT.
Fue entonces que Moscú creó su propio sistema de pagos, el SPFS, después de que se viera afectado por las sanciones impuestas por occidente en 2014 tras la anexión de Crimea a principios de ese año.
Según detalló un artículo de CNN, el SPFS cuenta ahora con unos 400 usuarios, según el banco central ruso. El 20% de las transferencias nacionales se realizan actualmente a través del SPFS, según Shagina, pero el tamaño de los mensajes es limitado y las operaciones se limitan a los horarios laborales.