El telescopio espacial James Webb de la NASA proporcionó imágenes infrarrojas sin precedentes de la nebulosa “Cabeza de caballo”, revelando detalles nunca antes vistos de esta icónica formación cósmica.
Situada a unos 1.300 años luz de distancia en la constelación de Orión, la “Cabeza de caballo” es una de las estructuras más reconocibles en el cielo nocturno, informó la agencia espacial.
“Esta parte de la nebulosa Cabeza de Caballo tiene unos 0,8 años luz de diámetro. En el infrarrojo cercano, las estrellas jóvenes se asoman a través de las etéreas nubes de color azulado y las galaxias lejanas salpican el fondo”, indicó la NASA.
Las nuevas imágenes captadas por el telescopio Webb muestran la parte superior del fenómeno celeste, revelando estructuras a pequeña escala en el borde de la gigante nube de gas y polvo, informó AFP.
La primera imagen, publicada en noviembre de 2023, muestra la Nebulosa Cabeza de Caballo tal como fue captada por el telescopio Euclid de la ESA. En la segunda imagen, obtenida por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA, se presenta una vista en infrarrojo de la misma nebulosa. Por último, la tercera imagen muestra una nueva perspectiva de la Nebulosa Cabeza de Caballo, capturada por el instrumento NIRCam del Telescopio Espacial James Webb.
Estas observaciones, que fueron posibles gracias a la capacidad del telescopio para detectar luz infrarroja, proporcionan a los astrónomos una nueva comprensión de la dinámica de la icónica silueta.
“Un equipo internacional de astrónomos reveló por primera vez las estructuras a pequeña escala del extremo iluminado de la Cabeza de caballo”, informó la NASA en un comunicado.
El proceso de evaporación de la nube de polvo estelar, causado por la luz ultravioleta, y la expulsión de partículas por el flujo de gas caliente, ha sido captados en acción por el telescopio Webb. Las observaciones también permitieron a los astrónomos estudiar cómo el polvo bloquea o emite luz, así como obtener una mejor comprensión de la forma multidimensional de la nebulosa.
El trabajo, liderado por Karl Misselt de la Universidad de Arizona, fue publicado el lunes en la revista Astronomy & Astrophysics. La “Cabeza de caballo” causó furor entre los amantes del espacio desde su descubrimiento en 1888 por la astrónoma escocesa Williamina Fleming.
Aunque parece oscura a la luz óptica, cobra vida cuando se observa en longitudes de onda infrarrojas. Los expertos estiman que la nebulosa “Cabeza de Caballo” desaparecerá en cinco millones de años.