Luiz Inácio Lula da Silva venció al presidente Jair Bolsonaro y será el próximo mandatario de Brasil. Luego del conteo del 98% de los votos, Lula llevaba 50,8% y Bolsonaro 49,2%, la autoridad electoral declaró que la victoria de Lula estaba matemáticamente asegurada.
Lula, expresidente del país de 2003 a 2010, ha prometido restaurar la prosperidad que gozaba Brasil en el pasado, aunque enfrenta una sociedad muy polarizada.
Las urnas cerraron a las 5 de la tarde a nivel nacional. Como la votación se llevó a cabo por medio de máquinas electrónicas, usualmente el resultado final está disponible en cuestión de horas después del cierre de las urnas.
Bolsonaro iba al frente durante la primera parte del conteo y, en cuanto Lula lo rebasó, algunos automóviles en el centro de Sao Paulo comenzaron a tocar sus bocinas celebrando la vuelta, informó la agencia de noticias AP.
Tres veces presidente
De limpiabotas y líder sindical a tres veces presidente de Brasil: Luiz Inácio Lula da Silva regresa de nuevo al poder, resucitando como un “ave fénix”.
Este autodefinido “joven” de 77 años, ícono de la izquierda brasileña y latinoamericana, se impuso el domingo sobre el ultraderechista Jair Bolsonaro, que buscaba la reelección.
Y vuelve a tomar las riendas de este país de tamaño continental tras haber sido condenado y encarcelado por un caso de corrupción, que muchos dieron por sentado marcaba el fin de su vida política.
“Es el día más importante de mi vida”, dijo a periodistas después de votar en una escuela de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años 1970.
Dos veces presidente entre 2003 y 2010, Lula dejó el poder con una popularidad de casi 90% tras una gestión en la que 30 millones de los más de 200 millones de brasileños salieron de la pobreza.
Y se granjeó un enorme prestigio internacional como piloto del “milagro” económico brasileño, empujado por los altos precios de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000.