Los principales candidatos presidenciales de Brasil intercambiaron acusaciones de corrupción en su último debate antes de las elecciones del domingo, con poca discusión sobre las propuestas para gobernar el país sudamericano.
El actual presidente, Jair Bolsonaro, dijo que su rival, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, fue jefe de una banda criminal que dirigió una “cleptocracia” durante su presidencia de dos mandatos, de 2003 a 2010. “Lo que está en juego en las elecciones es el futuro de la Nación. Brasil era una cleptocracia. Lula fue el jefe de una gran organización criminal. No podemos continuar en el país del robo”, afirmó Bolsonaro.
Lula, por su parte, calificó a Bolsonaro de mentiroso “desvergonzado” cuyo Gobierno había encubierto los chanchullos en la compra de vacunas durante la pandemia del COVID-19 que mató a más de 680.000 brasileños. “Es una mentira decir que monté una organización criminal. En lugar de decir eso debería referirse a los desvíos de que son acusados sus hijos, de los robos en su Ministerio de Educación, de la mafia que intentó obtener ventaja con la venta de vacunas contra la covid”, afirmó el expresidente.
Sin embargo, Lula durante el debate no sólo perdió la paciencia con su principal rival, sino que también terminó a los gritos con el Padre evangélico Kelmon, del Partido Trabalhista Brasileiro y aliado de Bolsonaro, quien acusó a Lula de querer perseguir a cristianos al igual que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y le pidió explicaciones por aliados salpicados en casos de corrupción, mientras el moderador pedía a los dos que respiraran para retomar el debate.
En respuesta, Bolsonaro recordó que Lula fue condenado en tres diferentes instancias y liberado por tener un “amiguito” en la Corte Suprema. Recordó igualmente un escándalo de corrupción que salpicó a uno de los hijos de Lula y las denuncias de sobornos recibidos por aliados del ex presidente en diferentes estados.
La candidata centrista Simone Tebet, del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), amonestó a ambos por intercambiar ataques personales en lugar de centrarse en las propuestas para resolver el alto desempleo y el aumento del hambre. Tebet dijo que revertiría las políticas medioambientales de Bolsonaro que permiten el aumento de la deforestación en la Amazonía. “Dejemos de ser un paria internacional”, dijo sobre el aislamiento de Bolsonaro debido a su fracaso en la protección de la selva tropical.
En el debate que se llevó a cabo en Río de Janeiro y en la cadena TV Globo, Lula prometió tomar medidas contra la minería ilegal en la selva. Además, dijo que levantaría los 100 años de secreto que Bolsonaro declaró sobre las negociaciones de las vacunas COVID-19, aunque no hubo discusión sobre propuestas de gobierno en caso de salir ganador.
Lula encabeza las encuestas
Los principales sondeos de opinión muestran a Lula con una ventaja de entre 10 y 15 puntos porcentuales sobre Bolsonaro de cara a la primera vuelta electoral, aunque no llegaría al 50% de votos necesarios para consagrarse ganador en esta instancia.
Sin embargo, la encuestadora Datafolha dijo que Lula tiene el 50% de los votos válidos, excluyendo los votos en blanco y nulos, y que podría ganar la elección directamente el domingo, evitando una segunda ronda. Bolsonaro, por su parte, cuestiona a la misma encuestadora acusándola de manipular los datos para favorecer a su rival, haciendo propaganda de resultados que aún no están dados.
Si es necesaria una segunda vuelta, será el 30 de octubre.