Los franceses acudieron el domingo a las urnas para emitir su voto para elegir al próximo presidente. En menos de dos semanas saldrá a la luz el ganador, pero muchos todavía están indecisos o simplemente descontentos con los candidatos. Los vencedores de esta primera ronda de votaciones, el actual presidente Emmanuel Macron y la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, se enfrentarán en la segunda vuelta el 24 de abril.
Los votantes, en mayor o menor grado, aún sienten curiosidad por saber quién adoptará un enfoque de “manos a la obra” sobre lo que la gente realmente quiere en el país. En consultas realizadas por distintos medios locales e internacionales, se recogen algunos testimonios que dan cuenta de este escenario indefinido a pocos días de la votación final.
Nicolás, un editor, siente que se está haciendo poco para realmente hacer progresar el contrato social, lo que se evidencia en las incesantes huelgas que azotan a Francia prácticamente todos los fines de semana, además de que la pandemia ha agotado a la población. “La primera ronda de resultados no es tan buena porque es una revancha de la anterior. Es como si la gente en Francia estuviera durmiendo”, dijo, y agregó: “No sé qué está pasando aquí”. “Los últimos cinco años fueron horribles, por la COVID, por supuesto, pero también antes de la COVID estábamos muy reprimidos. Es como si el Gobierno no quisiera escuchar lo que la gente tiene que decir”, añadió. Nicolás siente que el cambio climático es el principal problema para el futuro de Francia. ¿Y la solución? “Consumir productos locales”, indica, al narrar que creció en el campo, en una granja, comiendo en su mayor parte lo que se cultivaba y producía de la tierra.
En otra entrevista realizada el domingo en las calles de París, Sophie, una maestra de 25 años, votó a un candidato de izquierda que no pasó la primera vuelta. Pese a estar decepcionada, asegura que votará en la segunda vuelta. “La persona a la que apoyaba no fue elegida y estoy bastante decepcionada de que la extrema derecha haya llegado a la segunda vuelta de las elecciones, pero sí, ¡mantengámonos optimistas!”. Sophie está decidida a no entregarle el mayor cargo político a la extrema derecha, por lo que muy probablemente vote por Macron.
Por otra parte, como joven, siente la presión de los crecientes precios de la gasolina y de los salarios generalmente bajos que ganan los franceses, lo que hace que la capacidad adquisitiva sea cada vez menor. “¿El tema más importante? Yo diría, el dinero. Creo que todo se está poniendo muy, muy caro. La comida es cara, la gasolina es cara, así que creo que ese es el mayor problema que enfrenta el país. Espero que él (Macron) haga algo al respecto”.
Helene, una jubilada que acababa de salir de sus clases de inglés, estaba mucho más segura de sus convicciones y de su posición electoral. “Voté por la izquierda, porque desde que tenía 16, 17 años, estoy en la facción izquierda, en cada voto”, aseguró. Al hablar sobre el tema más importante en su país, dijo: “Tienen que cobrarle impuestos a los más ricos, tienen que pagar más impuestos”. Con respecto a la última vuelta de los comicios, Helene dijo claramente que se quedará en casa: “El 24 no votaré por nadie”.