El Centro Carter fue invitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para observar los cuestionados comicios en los que el presidente Nicolás Maduro fue proclamado reelecto para un tercer período de seis años.
El CNE no ha publicado resultados detallados y alega que el retraso se debe a un hackeo, mientras Maduro denuncia un “golpe de Estado ciberfascista”. Sin embargo, el Centro Carter niega el hackeo y confirma como ganador a Edmundo González Urrutia.
“Empresas monitorean y saben cuándo hay denegaciones de servicio y no hubo una esa noche”, explicó el miércoles Jennie Lincoln en una entrevista desde Atlanta, Estados Unidos. “La transmisión de la data de votación es por línea telefónica y teléfono satelital y no por computadora. No han perdido data”.
Lincoln recordó que el presidente del CNE, Elvis Amoroso, “dijo que publicaría los resultados mesa por mesa en la página web y entregaría un CD a los partidos políticos” cuando anunció un primer boletín. “Es una promesa que nunca cumplió”, indicó la asesora del organismo para Latinoamérica y el Caribe.
“A pesar de que el terreno de juego era muy desigual, el pueblo venezolano fue a votar”, siguió en referencia a los comicios. “La gran irregularidad de la jornada electoral fue la falta de transparencia del CNE y la flagrante inobservancia de sus reglas de juego en cuanto a mostrar el verdadero voto del pueblo”.
El Centro Carter, explicó Lincoln, ha “analizado los números” disponibles junto a otras organizaciones y universidades y “confirma a Edmundo González Urrutia como el ganador con más del 60%” de los votos.
La oposición publicó en un sitio web copias de más del 80% de las actas, que asegura que prueban el triunfo de González Urrutia -representante de la líder María Corina Machado- con 67% de los sufragios. El CNE le dio 43% frente a 52% de Maduro. El chavismo desestima la validez de esos documentos y asegura que son forjados.
“Es puro teatro”, lanzó Lincoln, que prefirió no comentar sobre contactos con las autoridades del CNE o el gobierno desde que el Centro Carter estimó en un pronunciamiento público que la elección “no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral” y no podía “ser considerada como democrática”.