En medio de la tragedia que vive Brasil, rescatistas y voluntarios buscaban este jueves desesperadamente a los desaparecidos por las lluvias torrenciales que, hasta el momento, han dejado 104 muertos en la ciudad de Petrópolis, entre ellos un joven que buscando parte de su familia halló a “Pitoco”, su perro de 1 año, que estaba paralizado del miedo entre escombros y barro.
El tiempo se agota en las búsquedas, ya que hay riesgo de nuevos deslizamientos y precipitaciones, pero las primeras historias milagrosas empezaron a aparecer en medio de la conmoción y el dolor de las decenas de familias afectadas que han perdido su hogar y sus seres queridos.
Carlos Menezes, el dueño del perro, es un joven publicista, que sobrevivió a los violentos deslaves e inundaciones que azotaron su ciudad, en la región serrana de Río de Janeiro. Entre el barro y escenas de dolor, comenzó a buscar a su familia, precisamente a su abuela y a su hermano de 18 años.
Horas después del deslave, Menezes aún seguía buscándolos, ambos desaparecidos luego de que su vivienda fuera arrasada por el lodo y quedara en ruinas.
Pero en un momento divisó a lo lejos a su amada mascota llamada “Pitoco”, un perro callejero al que adoptó hace un año. El can también había desaparecido tras el deslave del llamado Morro da Oficina, en Petrópolis.
Menezes lo vio paralizado en la cima del cerro y con mucho miedo, por eso no bajaba entre el barro y los escombros que habían quedado por el deslizamiento de la tierra.
Entonces, el joven trepó hasta el lugar y bajó en brazos al pequeño Pitoco, que aun temblaba incluso cuando su amo se reencontró con él. El cachorro estaba sucio, lleno de barro, pero sano y salvo. Una vez que el joven rescató a su mascota, siguió buscando a su abuela y a su hermano menor.
La tragedia de Petrópolis
A primera hora de este jueves, los vecinos seguían buscando entre el lodo a los desaparecidos por los ríos torrentosos que el martes arrastraron todo al pasar y dejaron un reguero de destrucción en esa antigua ciudad imperial al norte de Rio de Janeiro que registró sus peores lluvias en 90 años.
“Desgraciadamente va a ser difícil encontrar a alguien con vida. Como está todo, es prácticamente imposible, pero por lo menos hay que entregar los cuerpos para que las familias puedan enterrarlos y hallar sosiego”, explicó Luciano Gonçalves, un voluntario de 26 años, a la agencia AFP.
“Hay que trabajar con mucha cautela, porque hay mucha área de riesgo todavía”, agregó, visiblemente emocionado. Otros que perdieron a sus familiares en los casi 300 deslizamientos permanecían sentados delante de sus casas con la mirada perdida entre tanta destrucción.
Unos 500 bomberos retomaron las tareas de rescate al alba, tras parar brevemente durante la noche debido a la inestabilidad del suelo. “Hasta ahora, tenemos registro de 104 muertos. Hay 24 rescatados con vida por los bomberos”, informó la Defensa Civil de la ciudad al mismo medio.
Por ahora, las autoridades no revelaron el número de desaparecidos, pero el Ministerio Público dijo que 35 personas fueron “registradas” como desaparecidas en su servicio de localización de personas.
Para empeorar aún más el panorama, el gobierno brasileño alertó de un riesgo “muy alto” de nuevos deslizamientos de tierra en la región montañosa de Rio, “especialmente en Petrópolis”, debido a la previsión de más lluvias para los próximos días que podrán causar nuevas “inundaciones”.