Julián Arrufat es un joven que se decidió por una profesión con fuerte vínculo en el servicio al prójimo, más en épocas de pandemia. Es estudiante de enfermería y desde que arrancó la primera ola sufrió el no poder estar en el frente, dándole pelea al coronavirus.
Sin embargo, ahora el muchacho oriundo de Castillón, España, se ofreció para ser uno de los tantos involucrados en la administración y colocación de la vacuna contra el virus.
Pero su vocación de servicio tuvo un premio inesperado: lo que parecía ser un día como cualquier otro de inoculación, de repente se transformó en un momento cargado de emotividad ya que entre quienes esperaban recibir el medicamento estaba su abuelo.
En anciano, llamado Olegario y de 87 años, había asistido al centro de salud de Villarreal para ser inoculado y las vueltas de la vida llevó a que ambos se encontraran en medio de la pandemia, pero cargados de amor.
Y no era para menos: Julián pidió ser el que le colocara la vacuna y así, él le devolvería algo del amor y el cuidado que durante tanto tiempo recibió.
“Vacunar del COVID-19 a mi abuelo es una de las cosas más grandes que me ha pasado nunca”, publicó Julián en Twitter junto a dos fotos, una con su abuelo en su infancia y la otra ahora, al administrarle el producto.
Tras realizar el posteo, una ola de mensajes, likes y retweets tomaron por sorpresa al muchacho y la historia tomó vuelo propio en la red social, a tal punto que dio la vuelta al mundo.