Este domingo, durante su mensaje de Pascua, el Papa expresó su “preocupación” por la escalada de tensión en Medio Oriente y animó a la comunidad internacional a que “se esfuerce” para terminar las guerras.
“Expreso mi profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región”, sostuvo el Papa al dar este domingo la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro ante más de 100.000 personas.
El pedido del pontífice se da luego de que la Policía israelí irrumpiera el miércoles en una mezquita para desalojar violentamente a los fieles musulmanes e iniciara una nueva espiral de violencia en la región, por la que ayer se registraron ataques en Tel Aviv y Cisjordania que dejaron al menos tres muertos y seis heridos.
El Papa pidió por ayuda para “el amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz” y que se infunda “la luz pascual sobre el pueblo ruso”.
“Conforta a los heridos y a cuantos han perdido a sus seres queridos a causa de la guerra, y haz que los prisioneros puedan volver sanos y salvos con sus familias”, rezó luego.
También a “toda la comunidad internacional para que se esfuerce por poner fin a esta guerra y a todos los conflictos que ensangrientan al mundo, comenzando por Siria, que aún espera la paz”.
Francisco celebró esta mañana la denominada Misa de Pascua en el día de la Resurrección en la Plaza San Pedro, pese a que continúa con la recuperación de la bronquitis por la que estuvo internado tres días la semana pasada y que este viernes lo obligó a cancelar su ida al Via Crucis del coliseo romano.
“Apresurémonos también nosotros a crecer en un camino de confianza recíproca: confianza entre las personas, entre los pueblos y las naciones”, animó el pontífice en su mensaje de hoy.
“Apresurémonos a superar los conflictos y las divisiones, y a abrir nuestros corazones a quien más lo necesita. Apresurémonos a recorrer senderos de paz y de fraternidad. Alegrémonos por los signos concretos de esperanza que nos llegan de tantos países, empezando de aquellos que ofrecen asistencia y acogida a quienes huyen de la guerra y de la pobreza”, agregó.
Según informó Télam, Papa recordó además a las comunidades cristianas perseguidas en distintos países, entre ellos Nicaragua, en donde el Gobierno prohibió las procesiones por Semana Santa y Pascua en medio de un fuerte enfrentamiento con el Vaticano.
“Sostiene, Señor, a las comunidades cristianas que hoy celebran la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua y en Eritrea, y acuérdate de todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y públicamente su fe”, precisó Francisco.
Tras recordar las situaciones de conflictos que atraviesan países como Líbano, Túnez, República Democrática del Congo o Eritrea, el Papa incluyó además en su pedido de bienestar “a los refugiados, a los deportados, a los prisioneros políticos y a los migrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre, la pobreza y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud”.
El mensaje del Papa para Latinoamérica
En el plano latinoamericano, el Papa posó sus deseos sobre Haití, “que está sufriendo desde hace varios años una grave crisis sociopolítica y humanitaria” y pidió “que se sostenga “el esfuerzo de los actores políticos y de la comunidad internacional en la búsqueda de una solución definitiva a los numerosos problemas que afligen a esa población tan atribulada”.
Ayer, al encabezar en el Vaticano la vigilia de Pascua, Francisco había lamentado que en el mundo " prevalecen las leyes del más astuto y del más fuerte”.
“A veces simplemente hemos experimentado la fatiga de llevar adelante la cotidianidad, cansados de exponernos en primera persona frente a la indiferencia de un mundo donde parece que siempre prevalecen las leyes del más astuto y del más fuerte”, planteó el pontífice durante la celebración en la Basílica de San Pedro.