Soldados del ejército de Israel encontraron 40 bebés asesinados en el kibutz Kfar Asa. Según informaron los medios, algunos de los menores habían sido decapitados. Las autoridades guiaron a la prensa para que recorriera las zonas más afectas por los ataques terroristas del grupo Hamas.
“Ves a los bebés, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en sus salas de protección y cómo los terroristas los matan. No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista”, expresó el general israelí, Itai Veruv, a Reuters.
“Es algo que nunca vi en mi vida. Es algo que solíamos imaginar de nuestros abuelos y abuelas. No es algo que suceda en la nueva historia”, confesó el militar. En la mañana de este martes, los militares recorrían el kibutz recolectando los cuerpos.
Al notar la presencia de los periodistas, uno de los uniformados les pidió que contaran al mundo lo que estaban viendo allí.
Más de 900 personas murieron en Israel desde el inicio de la ofensiva, unas 250 de ellas en un festival de música organizado en el desierto cerca del enclave, y 2.616 resultaron heridas.
Del lado palestino, 765 personas perecieron en los bombardeos israelíes y unas 4.000 resultaron heridas, según las autoridades locales.
El grupo islamista amenazó el lunes con ejecutar a los rehenes secuestrados en Israel, unos 150, entre los que figuran niños, mujeres y jóvenes capturados en el festival de música.
“Cada ataque contra nuestro pueblo sin previo aviso será respondido con la ejecución de uno de los rehenes civiles”, anunció el brazo armado de la organización islamista.