Kiev, Ucrania, enviado especial. El hombre es un animal de costumbres. Al menos, así lo demuestran a diario los ciudadanos de Kiev, ya habituados al sonido de las alarmas, de las explosiones y de la destrucción de edificios residenciales que con el correr de los días se suceden en la capital y en otras ciudades de Ucrania.
Al principio de la guerra, cuando cayeron las primeras bombas, los kievitas corrían desesperados en búsqueda de refugio. Ahora, están resignados a que los ataques rusos sucedan una y otra vez en ciertas zonas del ejido urbano.
Una pareja de adultos mayores fue víctima de un bombardeo este miércoles. Las defensas antiaéreas ucranianas lograron interceptar una pieza de artillería en vuelo, pero los fragmentos del proyectil se esparcieron por el aire e impactaron en varias viviendas en los barrios del norte de la capital.
La dueña de casa permite tomar fotos, pero no desea conceder entrevistas. De igual modo, Valentina –una de sus amigas– contó lo sucedido. “Eran las 7 de la mañana. El hombre estaba fumando, ella había salido a comprar. De repente, se escuchó una explosión y el techo se vino abajo. Pocos minutos después, casi toda la casa se incendió. Él logró arrastrarse y salir, pero cuando llegaron los bomberos, ya era tarde”.
Entre las cenizas de lo que quedó, aún se pueden percibir ciertas habitaciones: aquello es un dormitorio; esto, un baño; lo de allá, un lavadero. Pero el techo de la vivienda desapareció, las puertas y paredes se tiñeron de negro azabache y en el suelo quedó una masa heterogénea de cenizas, de madera, de plástico quemado y de otros elementos.
“Para mí, se acabó toda la relación con los rusos. Viví un tiempo en el norte de Rusia, y tenía amigos allá. Pero se terminó. Ellos siguen creyendo que esto es una ‘pequeña operación’ para ‘desnazificar’ el país. Tienen la cabeza lavada por la propaganda. Traté de explicarles, e incluso les mandé fotografías de la casa de mi amiga, ahora destruida. Pero insisten en repetir el discurso oficial del Kremlin. Para mí, se terminó”, declaró la mujer.
Volodimir, el dueño de casa, habló con AFP y confirmó la versión. “Acababa de volver de fumar un cigarrillo afuera cuando, de golpe, el techo se hundió. Perdí el conocimiento durante unos momentos y luego pude levantarme. En la casa, que compartimos dos familias, había tres personas: mi hermana, su esposo y yo”
Daños
Fuentes oficiales informaron a través de Telegram que durante la jornada “fueron bombardeados un centro comercial, casas del sector privado y edificios de gran altura en Kiev. El fuego fue extinguido. Las instalaciones del centro comercial y algunas casas particulares resultaron dañadas. Rescatistas y médicos están trabajando en el lugar”. El ataque culminó con cuatro personas heridas.
De acuerdo con los expertos, los proyectiles que cayeron este miércoles sobre Nyvky y otros barrios –Svyiatoshynsky y Shevchenkivsky– salieron de un lanzacohetes múltiple BM-21 Grad, un arma de artillería creada en la época soviética que se monta sobre un camión y dispara munición de 122 milímetros. Para su utilización se necesitan tres operarios: el tiempo mínimo de preparación es de tres minutos.
El BM-21 Grad tiene la capacidad de disparar 40 cohetes en 20 segundos. La recarga tarda 10 minutos y se realiza de forma manual. Los proyectiles pueden equiparse con ojivas incendiarias, químicas o de alta fragmentación, y su alcance es de 20 a 40 kilómetros. Cada munición pesa unos 20 kilogramos. No obstante, esta no es un arma que sea útil en objetivos milimétricos, sino que la táctica es arrojar varios proyectiles sobre un área, con una tasa de éxito relativamente eficaz.
En la actualidad, el vehículo sigue siendo utilizado por Rusia y por naciones aliadas, como Siria, Bulgaria, Bielorrusia, Corea del Norte, Azerbaiyán, Irán, Yemen y Mongolia.
Un peluche yace ileso en una de las habitaciones de la vivienda incendiada. Es un perro. Tal vez algunos niños jugaron con él hasta hace apenas unos días. Y aunque sea difícil ver luz al final del túnel, mirar al futuro con esperanza es una obligación –o una necesidad– del ser humano.
Mientras tanto, siguen los bombardeos en las afueras de Kiev. Pero sus habitantes ya no corren: están habituados. Como dice Mafalda, el hombre es un animal de costumbres. O será mas bien que, de costumbre, el hombre es un animal.
Diálogo con el enviado especial
Galería de imágenes de Kiev
Niños muertos en Ucrania
La guerra ya dejó 121 menores muertos y más de 167 heridos de diversa consideración, informó este miércoles la agencia ucraniana Ukrinfom con datos de la Fiscalía de Menores.
“Hasta el día 28 de la agresión rusa, en Ucrania murieron 121 niños. Resultaron heridos de diversa gravedad 167 niños. Donde más se vieron afectados los niños fue en las regiones de Kiev (61), Járkov (41), Donetsk (40), Chernihiv (32), Mykolayiv (24), la capital (16), Zhytomyr (15), Jerson (15) y Sumy (14), precisa el informe, difundido a través de la cuenta de la Oficina del fiscal General en Telegram.
- Agrega que, “como resultado de los bombardeos y de los ataques diarios, 548 instituciones educativas resultaron dañadas; 72 de ellas quedaron completamente destruidas”.
- En concreto, se trata de más de 220 escuelas y de 155 parvularios, indica.
La peor situación se da en las regiones de Donetsk, Járkov, Mykolaiv, Sumy, Jerson, Chernihiv y la ciudad de Kiev, señala.
*Este texto fue publicado originalmente por La Voz. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.