El secretario general de la ONU, António Guterres, se reúne este martes en Nueva York con potenciales donantes que ayuden a cubrir los fondos de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), después de que más de quince países hayan anunciado que suspenden su contribución por la posible implicación de algunos de sus miembros en ataques contra Israel.
Guterres ha prometido que se perseguirá penalmente cualquier comportamiento inapropiado de trabajadores de organismos de la ONU, incluida la UNRWA, aunque ya más de 15 países han suspendido los aportes económicos a la agencia luego de las pruebas presentadas por las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) durante las operaciones en Gaza.
Guterres explicó que de los doce miembros mencionados por su presunta implicación en los ataques de milicias palestinas contra Israel del 7 de octubre, nueve fueron identificados de inmediato y despedidos por la dirección de la UNRWA, otro de ellos está muerto y se está investigando la identidad de los dos restantes.
Entre los países que han suspendido las ayudas figuran Estados Unidos, el primero en dar este paso el viernes, y a quien siguieron Canadá, Reino Unido, Australia, Finlandia, Países Bajos, Austria, Alemania, Italia, Francia, Suiza, Rumanía, Japón y se ha sumado Nueva Zelanda en las últimas horas.
Las FDI, por su parte, hace varias semanas comparten material que confirma la participación de civiles, agentes de la ONU y otras organizaciones aparentemente destinadas a ayudar a la población de Gaza con Hamás y directamente involucrados en la masacre del 7 de octubre contra Israel.
A su vez, han desmantelado túneles debajo de habitaciones de niños, de hospitales, de universidades y jardines de infantes en toda la Franja, encontrando material “educativo” destinado a los menores donde se les enseña a odiar a los judíos, a “acuchillarlos” y a buscar ser “mártires”.
Se estima que al menos un 10% de los trabajadores de la UNRWA están directamente involucrados con Hamás, aunque la investigación más exaustiva podría aumentar esa cifra, poniendo en jaque la pretendida ayuda humanitaria para millones de civiles de la región que sufren hace años la devastación por las guerras provocadas por Hamás, Hezbollá y las ramas de ISIS / DAESH que operan en la zona, financiadas por Irán y otros países árabes.