Una de las principales causas del problema son las alteraciones en el comercio internacional derivadas de la pandemia de la covid-19, pero hay muchos otros elementos en juego. Según informes de varios expertos en el mundo, podría haber menos productos disponibles en la época de Navidad y las demoras y bloqueos en las cadenas de distribución podrían extenderse por varios meses.
Productos electrónicos, autos o juguetes están guardados en contenedores de buques cargueros que no llegan a los puertos, o están a la espera de conseguir un espacio para el transporte marítimo. En paralelo, la crisis de los semiconductores, que se traduce en la escasez de chips, ha provocado que conseguir una tarjeta gráfica o una consola de videojuegos de última generación, entre otros dispositivos electrónicos, sea una auténtica proeza y esto mantiene a ciertas compañías con dudas sobre su capacidad de abastacer una demanda que ha crecido en el contexto de la recuperación económica de 2021.
Sumado a esto, la crisis energética en los países más industrializados está retrasando la cadena de valores a nivel mundial, que en China se traduce, por ejemplo, en la falta de insumos como el papel y el carbón, que el gigante asiático no produce pero que consume al punto de ser de los mayores compradores del planeta.
En EE.UU., esto se verá reflejado en la escasez de juguetes y papel higiénico, que son productos de muchísima circulación, sobre todo llegando el final de cada año, pero que en este contexto se verán gravemente afectados en su distribución por el cuello de botella que se genera en los puertos de dicho país.
En nuestra región, los bienes más afectados serán los vinculados a los automotores, tecnología celular y computadoras y electrodomésticos en general, por lo que podremos observar un aumento de precios en estos sectores llegando las festividades, que es cuando las ventas de estos productos sube con mayor intensidad respecto el resto del año.