El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dijo el miércoles 23 de febrero que ordenó imponer sanciones a Nord Stream 2 AG, la compañía que construyó el gasoducto Nord Stream, y sus funcionarios corporativos. ”Estos pasos son otra parte de nuestro tramo inicial de sanciones en respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania. Como he dejado claro, no dudaremos en tomar más medidas si Rusia continúa escalando”, dijo Biden en un comunicado. El canciller alemán, Olaf Scholz, detuvo el martes la certificación del gasoducto en respuesta a la medida mundialmente condenada de Rusia contra la integridad territorial de Ucrania, después de reconocer la independencia de dos regiones separatistas en el este de la exrepública soviética, Lugansk y Donetsk.
“No puede haber una certificación de este gasoducto ahora, y sin esta certificación, el Nord Stream 2 no puede comenzar a operar”, aseguró Scholz. ”Quiero agradecer al canciller Scholz por su estrecha colaboración y continua dedicación para hacer que Rusia rinda cuentas por sus acciones”, concluyó Biden.
En declaraciones a los periodistas a través de una teleconferencia, un funcionario del gobierno estadounidense que se abstuvo de confirmar su identidad, afirmó que, sin embargo, no puede confirmar que las fuerzas militares rusas hayan ingresado ya en la región de Donbás, donde se encuentran las separatistas Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania. ”Evaluamos que las fuerzas militares rusas desplegadas alrededor de Ucrania y en Bielorrusia están lo más listas posible”, resaltó el funcionario. La región de Donbás la conforman las provincias de Donetsk y Lugansk, las cuales se encuentran bajo control de rebeldes separatistas prorrusos desde la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en 2014.
Durante un discurso, el lunes por la noche, Putin anunció el reconocimiento de las regiones separatistas ucranianas de Lugansk y Donetsk, atacó a los Gobiernos de Ucrania y Estados Unidos y acusó a Occidente de ignorar las principales preocupaciones de seguridad de Moscú. Posteriormente, ordenó el despliegue de tropas rusas para “mantener la paz” en las regiones separatistas. Los anuncios causaron una condena a nivel mundial por violar la Carta de la ONU y el derecho internacional. Además, los países occidentales prometieron imponer sanciones nuevas y severas.
En 2014, tras invadir la península ucraniana de Crimea, Moscú comenzó a apoyar a las fuerzas separatistas en el este de Ucrania contra el Gobierno central, una política que ha mantenido durante los últimos siete años.