La Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) presentó este jueves un informe muy esperado sobre ovnis, que establecerá una hoja de ruta para el estudio futuro de estos objetos voladores no identificados. Dijo que el estudio de los ovnis requerirá nuevas técnicas científicas, incluidos satélites avanzados, así como un cambio en la forma en que se perciben. Pese al entusiasmo de la población humana respecto al anuncio, no es posible todavía confirmar los avistamientos con un origen extraterrestre.
La administración había anticipado el año pasado el lanzamiento de una investigación independiente, dirigida por un grupo de científicos y expertos en aeronáutica.
Su objetivo no era analizar uno por uno los eventos observados ni intentar explicarlos, sino formular recomendaciones sobre cómo estudiarlos en el futuro.
Tras la publicación del informe, la NASA brindó una conferencia de prensa en presencia de su director, Bill Nelson, y del astrofísico que dirige la investigación, David Spergel.
El equipo de estudio independiente, creado fuera de la NASA, utilizó datos no clasificados de entidades gubernamentales civiles, datos comerciales y datos de otras fuentes para fundamentar sus hallazgos y recomendaciones en el informe. Actualmente existe un número limitado de observaciones de alta calidad de UAP, lo que hace imposible sacar conclusiones científicas firmes sobre su naturaleza.
En su informe de 36 páginas, un equipo independiente encargado por la NASA advirtió que la percepción negativa que rodea a los ovnis representa un obstáculo para la recopilación de datos. Pero los funcionarios dijeron que la participación de la NASA debería ayudar a reducir el estigma en torno a lo que llama UAP, o fenómenos anómalos no identificados.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, dijo que la agencia quiere cambiar la conversación sobre los UAP “del sensacionalismo a la ciencia”. Nelson agregó que el panel no encontró evidencia de que los UAP tuvieran origen extraterrestre.
“No hay razón para concluir que los informes existentes sobre UAP tengan una fuente extraterrestre. Sin embargo, si reconocemos eso como una posibilidad, entonces esos objetos deben haber viajado a través de nuestro sistema solar para llegar aquí. Así como la galaxia no se detiene en las afueras del sistema solar, el sistema solar también incluye a la Tierra y sus alrededores. Por lo tanto, existe una continuidad intelectual entre las tecnofirmas extrasolares, el sistema solar SETI y la posible tecnología alienígena desconocida que opera en la atmósfera de la Tierra. Si reconocemos la plausibilidad de cualquiera de ellas, entonces deberíamos reconocer que todas son al menos plausibles”, afirmó la comisión de expertos.
“La flota de observatorios satelitales de la Tierra de la NASA debería asumir un papel de soporte a la hora de determinar las condiciones ambientales que coinciden con los UAP”, señala el informe en uno de sus puntos.
Por ello, se deben mejorar las capacidades de los instrumentos de la agencia, calibrando los sensores de sus instrumentos o multiplicar el número de medidas tomadas. Estas pueden ser formas en las que la NASA contribuya a resolver estos fenómenos anómalos en el futuro.
El término OVNI ha sido reemplazado en la jerga del gobierno por UAP (fenómenos aéreos no identificados). La idea es desestigmatizar el tema.
La NASA define estos fenómenos como “la observación de eventos en el cielo que no pueden identificarse científicamente como un avión o un fenómeno natural conocido”.
Si bien reconoce la existencia de tales eventos y la necesidad de tomarlos en serio, la NASA lleva un año repitiendo que no hay pruebas de que tengan un origen extraterrestre.
Durante una reunión en junio, los expertos subrayaron la necesidad de recopilar más datos, de una manera mucho más rigurosa que hasta ahora. Un miembro del panel pidió la creación de una oficina dedicada al tema dentro de la agencia espacial.
Al inicio de los trabajos se anunciaron tres objetivos. En primer lugar, recopilar toda la información disponible públicamente, de gobiernos, empresas privadas, asociaciones e incluso particulares. Luego determinar qué información falta y cuál es la mejor manera de recopilarla. Finalmente, pensar en cuáles son las mejores herramientas para analizarlos en el futuro.
Según algunos expertos, se podrían descubrir así nuevos fenómenos físicos que explicarían determinados fenómenos.
La inteligencia estadounidense y el Pentágono también han investigado la cuestión, subrayando que afecta tanto a la seguridad nacional como a la del tráfico aéreo.