Era temprano en la mañana, la mayoría de los ciudadanos dormía sin imaginarse la odisea que tendrían que atravesar. Luego de jornadas cargadas de especulación, finalmente las tropas rusas comenzaron el ataque, los cuales hasta el día de hoy no han cesado. Uno de los primeros misiles golpeó el aeropuerto de Kiev y el de la ciudad Ivano-Frankivsk. Este último, se encuentra a solo cinco kilómetros del convento en el que vivía la religiosa mendocina María Cristiana.
Inmediatamente después de escuchar el primer impacto, María despertó a las otras diez jóvenes que allí pasaban sus días y comenzaron a peregrinar hacia la frontera con Hungría. Era jueves 24 de febrero, y el conflicto apenas comenzaba.
La impactante noticia llegaría a los grupos de WhatsApp que María comparte con su familia de Mendoza. Según cuenta su hermano Víctor Demianczuk a este medio, “reaccionamos con mucho dolor y miedo, fue muy difícil realmente”.
Con el pasar de las horas, las Hermanas se dirigieron a la región montañosa ucraniana de Zakarpattia y allí permanecen hasta hoy. “Sabemos que esta bien allí, física y psíquicamente”, afirma Víctor.
Justamente desde esa locación, María Cristiana junto a sus compañeras y con la ayuda de ciudadanos alemanes y españoles, pudieron sacar a las chicas que estaban en el internado con ellas en el inicio del ataque. También pudieron evacuar a niños huérfanos, mamás solteras con hijos y abuelos en estado de indigencia. Todas estas personas concurrían a los hogares que las religiosas mantenían con mucho esfuerzo en el país.
Las tereas continúan sin cesar y apenas tienen tiempo para descansar. Ahora, habitantes civiles se enteraron de la labor que las Hermanas hacen en la frontera y recurren a ellas con la esperanza de que les brinden ayuda para salir del país. Fieles a su vocación, las religiosas atienden a familias enteras que llegan al punto limítrofe.
“Después del primer día nos sentimos más aliviados porque sabemos que ella está bien. Por las noticias, sabemos que la guerra no está teniendo lugar en esa región”, dice Víctor.
Sin embargo, aclara que “obviamente tenemos la incertidumbre constante de qué va a pasar en las próximas semanas o en los próximos días”. “No sabemos cuánto va a durar, ni cómo va a terminar este conflicto”.
A pesar del difícil panorama, Víctor señala que “el deseo de las Hermanas es quedarse en Zakarpattia para hacer este trabajo mientras se pueda hacer y ayudar a la mayor cantidad de gente posible”.
Cabe resaltar que María Cristiana, migró a ese país de Europa Oriental cuando tenía 21 años, hoy tiene 44. Es decir, que más de la mitad de su vida ha vivido allí. “En tiempos de paz, más allá de que uno la extraña y estás esperando que le toquen vacaciones para que venga a Mendoza a estar con su familia y que conozca a sus sobrinas, nosotros no querríamos que vuelva porque sabemos lo feliz que es y el bien que hace allá”, dice Demianczuk.
“Esperemos que esto termine pronto -continúa Víctor-, porque ellas no quieren jugar a ser las heroínas, simplemente quieren ayudar a aquel que lo necesita y no sienten que sea el momento de irse”.
Con respecto a la tarea que llevan a cabo las religiosas, Víctor interpreta que “no es solamente ayuda material, si no la espiritual que está ligada a la parte emocional y psicológica. Estos días que lleva la guerra, la población que se ha escapado es gente que vivía en el oeste, es decir que tuvo tiempo para prepararse. En cambio, los ciudadanos que están llegando ahora a la frontera han vivido en carne propia el horror de la guerra. Es decir que todo puede llegar a tornarse mucho más dramático y las Hermanas se están preparando para esto”.
“No sé qué decisión tomará María en un futuro”
Los Andes, también tuvo la posibilidad de hablar con Cecilia Demianczuk, otra hermana de sangre de María Cristiana, la cual es maestra jardinera en un colegio de la capital mendocina.
Cecilia se mudó a la Ciudad una vez que obtuvo su título universitario, pero su familia permaneció en San Rafael, departamento del que son oriundos.
Demianczuk cuenta que su hermana, previo al ataque, estaba a punto de fundar un colegio en Ucrania. “Era un gran proyecto, yo como docente comparto con María mi amor por la educación, le brindamos ayuda desde acá y juntamos donaciones para ella. Sin embargo, ahora está todo parado. También, tengo otra hermana religiosa, la cual es directora de una escuela en el sur provincial, es decir, que las tres compartimos la vocación por enseñar”.
Al ser consultada sobre cómo recibió la noticia del ataque ruso, afirmó “me da miedo. Nosotros, gracias a Dios, podemos estar en permanente contacto con María. Todo el tiempo nos escribimos, salvando la distancia horaria”.
“Mi hermana ama Ucrania porque mi abuelo es ucraniano y mi papá nos hizo amar Ucrania. Es por esto que ella siente que también es su país”. “Ahora, si la guerra llega a donde ella está, ¿qué es lo que va a pasar?, esto si me asusta. No sé qué decisión tomará María si ocurre esto”.
“Sin duda ella lo ve de una manera espiritual y como su misión, entonces pienso que sí se va a quedar hasta las últimas consecuencias. Nosotros acompañamos siempre su vocación, aunque a veces uno no lo entienda o lo vea con ojos humanos”, reflexiona Cecilia.
Denuncia de la iglesia ucraniana
Según comenta Cecilia, la Iglesia ucraniana denunció a través de un comunicado, aberrantes hechos que las tropas rusas llevan a cabo para sacar ventaja con respecto al ejercito ucraniano.
Concretamente, la institución religiosa afirma: “hemos visto la ferocidad y la inhumanidad de quienes nos matan. De quienes suben a niños y a mujeres a los tanques para utilizarlos como escudos vivos resguardándose tras ellos para llevar la muerte y la destrucción más profundamente aún al corazón de Ucrania”.
Otra impactante situación que expresa el obispado es que “hemos visto cómo incluso nuestros ancianos se acostaban bajo los tanques, para no permitirles entrar en sus pueblos y ciudades. Cómo pueblos enteros salían para con sus pechos cerrarle el camino a los tanques que avanzaban hacia Ucrania”.
“¡Que el Señor Dios envíe la paz a los corazones de las naciones! ¡Que Él detenga la guerra! Que Él nos ayude a ver una Ucrania en paz”, finaliza el comunicado.