Miles de personas se manifestaron el lunes en la capital de Haití contra el gobierno y su pedido de ayuda internacional para enfrentar la grave crisis humanitaria, de inseguridad y el brote de cólera que enfrenta la isla.
Al día siguiente de que el secretario general de la ONU pidiera desplegar una fuerza armada internacional para ayudar al país, la protesta registró escenas de violencia y saqueos, a los que la policía respondió con gas lacrimógeno, disparos y detenciones.
“Es cierto que necesitamos ayuda para desarrollar a nuestro país. Pero no necesitamos botas” en el terreno, dijo un manifestante a las agencias de noticias presentes en referencia al envío de tropas. “Además, este gobierno carece de legitimidad para pedir una asistencia militar. Nos oponemos a esta opción”, agregó.
Haití es escenario desde hace varias semanas de manifestaciones violentas y saqueos, tras el anuncio de un alza del precio de los combustibles realizado por el primer ministro Ariel Henry. El gobierno pidió el viernes formalmente a la comunidad internacional la ayuda de una “fuerza especializada armada” para “frenar, en toda la extensión del territorio, la crisis humanitaria” provocada por la actuación de las pandillas que abundan en el país. A su vez, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, solicitó el domingo a “la comunidad internacional (...) examinar” urgentemente el pedido.
La decisión del Gobierno haitiano de pedir a la comunidad internacional el envío de tropas para hacer frente a la grave crisis en el país no tiene el apoyo de la mayoría, hasta el punto de que el Senado ha demandado que se anule la solicitud sobre ese despliegue.
En una resolución divulgada este lunes y enviada a entidades estatales y a la representante especial del secretario general de la ONU en Haití, Helen La Lime, la asamblea de senadores pide al primer ministro haitiano, Ariel Henry, que “suspenda inmediatamente la ejecución de la resolución del 7 de octubre” sobre el despliegue de una fuerza armada extranjera.