El líder del brazo político del grupo terrorista palestino Hamas, Ismail Haniye, ha recalcado a través de un comunicado publicado en las redes sociales de la organización que no negociarán la liberación de los rehenes secuestrados en el marco de la operación “Inundación de Al Aqsa” lanzada el sábado “hasta el fin de la agresión”.
Además, instó a todos los países árabes y musulmanes a unirse contra Israel. “Pedimos al mundo árabe y musulmán y a los pueblos libres del mundo que asistan el viernes a los actos por la ‘Inundación de Al Aqsa’ para expresar su solidaridad con el pueblo y la resistencia palestinos, denunciar los crímenes de la ocupación israelí y frustrar sus planes agresivos”, ha manifestado en un comunicado.
Por otra parte, al llamado militar ya se unió Hezbolá, la milicia proiraní de Líbano, que el domingo comenzó a lanzar misiles sobre la región norte de Israel y posee unos 200.000 en reserva, todos apuntando al territorio hebreo. Ansar Allah, el equivalente yemení de estas milicias, publicó por su parte un video en redes sociales anunciando que está preparado para atacar a Israel también, en apoyo a Hamas y la Yihad Islámica o Estado Islámico, que se encuentra operando junto a los terroristas palestinos desde el comienzo del ataque. El gobierno de Irán, por su parte, fue el primero en “celebrar” los ataques del pasado viernes y confirmó su apoyo a Hamas, incluyendo felicitaciones a sus líderes.
Al mismo tiempo, tanto Hamas como la Autoridad palestina han ordenado a la población civil de Franja de Gaza, Cisjordania y Yenín que “permanezcan en sus casas”, que “no evacúen” ninguna zona que esté cercana a los objetivos militares del ejército israelí, para que funcionen como “escudo humano” bajo la consigna de “morir como mártires”.
En total, son 21 los países árabes que podrían unirse contra el Estado de Israel, que tiene una superficie de 22.000 km2, lo que lo posiciona entre uno de los países más pequeños del mundo. El ejército ya ha movilizado a más de 300.000 reservistas, entre los que está incluido el hijo del primer ministro, Benjamin Netanyahu, así como toda la población en edad de combatir y algunos excombanientes, a quienes se los ha convocado para acompañar y estimular a los soldados en esta guerra sin precedentes para la historia de Israel.
A pesar de la desproporción, las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) han retomado el control de las zonas atacadas por los terroristas y se prepara una respuesta decisiva contra las agresiones.