Hace algunas horas atrás, dos organizaciones no gubernamentales (ONG) confirmaron que un príncipe de Liechtenstein mató al oso pardo “más grande” de Rumanía durante una cacería. El caso es investigado por la policía de protección de la naturaleza rumana.
Gabriel Paun, de la ONG rumana Agent Green, emitió un comunicado en el que evoca el testimonio de un guarda forestal de la región de Covasna e indicó: “Arthur tenía 17 años y era el oso más grande observado en Rumanía y sin duda en la Unión Europea”
Rumanía prohíbe la caza de osos, pero, según la ONG y el grupo de defensa de los animales VGT, el príncipe, que vive en Viena y aparece identificado como Manuel, se benefició de un permiso para matar a una hembra sospechosa de atacar varias granjas el año pasado.
El ministro rumano de Medio Ambiente, Tanczos Barna, confirmó en los medios locales la concesión del permiso, pero sin revelar la identidad del beneficiario.
El príncipe mató en marzo “un macho que vivía en el corazón del bosque y nunca se acercó a las casas de los alrededores”, aseguró Paun, citando un documento de la asociación local de cazadores a nombre de “Emanuel Prinz von und zu Liechtenstein”.
“Es evidente que el príncipe no vino a resolver un problema que afecta a los aldeanos, sino a matar un oso y llevarse el trofeo más grande para colgarlo en la pared”, lamentó el activista. Las autoridades no confirmaron la identidad del cazador.
“Nosotros sabíamos que debía matarse a una osa, pero nos hemos encontrado con un macho”, explicó a la AFP el responsable de la policía de protección de la naturaleza, Octavian Bercean, al justificar la investigación.
La casa real de Liechtenstein, un microestado centroeuropeo, rechazó comentar “un asunto privado y personal, cuyo contexto desconoce”, aunque expresó su apego al “respeto de la naturaleza”, en una declaración a la AFP.
Rumanía alberga unos 6.000 osos pardos, la población más importante de Europa. En los últimos años, aumentaron los conflictos por su presencia, que se considera invasiva.
Una parte de la población y de los políticos quieren que se levante la prohibición de cazarlos, pero los defensores del medio ambiente piden mejorar su coexistencia con las personas en las zonas rurales.