El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, aseguró una “gran victoria” en las elecciones generales del domingo al conseguir su cuarto mandato consecutivo, según informaron los medios locales. La coalición de Orbán, Fidesz-KDNP, aumentaría su mayoría parlamentaria al ganar 135 de los 199 escaños con lo que venció al Frente Unido por Hungría, una coalición de seis partidos opositores liderada por Peter Marki-Zay. El partido gobernante habría conservado su mayoría de dos tercios, que le ha permitido remodelar la política del país durante sus 12 años de administración.
El 53,7% de los votos fueron para Fidesz-KDNP, frente al 34,4% para el Frente Unido por Hungría, que admitió la derrota el domingo por la noche. “El mundo entero puede ver que nuestra marca de política patriótica, conservadora y demócrata cristiana ganó”, indicó Orbán tras conocer los resultados. “Estamos enviando a Europa un mensaje de que esto no es el pasado, es el futuro”, agregó. Orbán mencionó que “esta victoria es una para recordar, tal vez incluso por el resto de nuestras vidas, porque tuvimos el mayor (grupo de oponentes por) superar”, enfatizó.
Luego de agradecer a los ciudadanos húngaros que votaron por él, señaló que esta es una “gran victoria”, y agregó: “Tuvimos una victoria que incluso se puede ver desde la Luna. Seguro que se puede ver desde Bruselas”. En su discurso de victoria, Orbán también mencionó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien lo ha criticado por no apoyar lo suficiente a Kiev en la guerra lanzada por Rusia. Afirmó que Zelenski forma parte de la “fuerza abrumadora” contra la que “su partido había luchado en las elecciones”. “(Luchamos contra) la izquierda en casa, la izquierda internacional por todas partes, los burócratas de Bruselas, el imperio (de George) Soros con todo su dinero, los medios internacionales convencionales y, al final, incluso el presidente ucraniano”, sostuvo Orbán.
Al admitir la derrota en las elecciones, Marki-Zay subrayó que estaba “devastado” y atribuyó los resultados de las elecciones a los métodos de manipulación de Fidesz-KDNP y otros cambios en el sistema de votación durante los mandatos de Viktor Orbán. “No quiero ocultar mi decepción y mi tristeza. No esperábamos nunca que este fuera el resultado”, lamentó. “Sabíamos de antemano que esta iba a ser una pelea desequilibrada. Sí, también han hecho trampa”, enfatizó, al asegurar que no hay democracia en el país.
Un referéndum sobre una norma legal que tenía como objetivo prohibir todo el contenido que “aliente” a los menores de 18 años a “abrazar la homosexualidad y los cambios de sexo”, no pudo superar el umbral del 50%. El referéndum, que fue calificado por la oposición como una “ley homófoba” y por el Gobierno como una “ley de protección de la infancia”, preguntaba a los ciudadanos: “¿Apoya usted que se brinden clases de orientación sexual en las escuelas a niños menores de edad sin el consentimiento de sus padres? ¿Apoya la introducción de una operación de reasignación de sexo para niños menores de edad? ¿Apoya la exhibición sin restricciones en los medios de comunicación de contenido sexual que afecta el desarrollo de los niños? ¿Apoya la publicación en los medios de imágenes que promuevan la reasignación de género?”.
El cuarto mandato de Orbán también podría plantear un posible enigma para la OTAN y la UE a medida que aumentan las preocupaciones sobre la actitud de Hungría hacia la guerra en curso en Ucrania y si es un socio confiable de la alianza. Aunque hasta ahora el líder húngaro no ha tratado de bloquear las sanciones y las respuestas militares a la guerra, se ha mostrado reluctante a considerar medidas que reducirían los suministros de petróleo y gas rusos. Orbán además se ha negado a permitir que el suministro de armas a Ucrania o la ayuda militar pase por territorio húngaro lo que enfureció a los aliados de la OTAN y a Zelenski, quien lo describe como “el único partidario europeo de Putin”.