Uno de los incendios forestales más prolongados lleva 30 días activo en el oriente de Bolivia y ha consumido 37.400 hectáreas de pastizales y bosques del Parque Nacional San Matías, uno de los bosques secos más grandes y vecino de la selva amazónica, amenazado por la expansión agrícola.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) informó el lunes que el fuego afecta al menos tres reservas en la provincia oriental de Santa Cruz. “En San Matías comenzó el 25 de julio y si bien pudo frenarse una expansión más rápida, fuertes vientos, altas temperaturas y la temporada seca impiden controlarlo’', dijo Teodoro Mamani, director de esa oficina estatal.
En esa misma región en 2019 los incendios devoraron 6,5 millones de hectáreas, según la Fundación Amigos de la Naturaleza.
Actualmente más de 200 voluntarios y bomberos están movilizados con precario equipo y sin asistencia de hidroaviones.
El lunes había 2.147 focos de calor activos y se espera que aumenten hasta la llegada en septiembre de las primeras precipitaciones, dijo Marisol Portugal, del Servicio Nacional de Meteorología.
Agosto es el mes más crítico para los incendios forestales debido a la baja humedad y los vientos. Habitualmente los incendios comienzan con la quema provocada para la habilitación de tierras para la agricultura y ganadería y se salen de control debido a la sequía y a las condiciones extremas atribuidas al cambio climático, según los expertos.
La expansión de la frontera agrícola al amparo de una legislación permisiva está alentando la deforestación. “Estamos retrocediendo en el manejo de los recursos naturales”, dijo a radio Panamericana, Miguel Crespo, director de la organización ambientalista Productividad, Biósfera y Medioambiente (PROBIOMA).