Un caso policial desató un verdadero escándalo en España, cuando la Justicia de aquel país fallara la reducción de la pena de un violador con una insólita justificación.
Es que el Tribunal Supremo rebajó de 12 a seis años de prisión la pena impuesta a un hombre condenado por violar a una joven de 18 años que se encontraba borracha y drogada, al determinar que por esos motivos no se trataba de una víctima en una situación especialmente vulnerable, ya que se defendió y se opuso a la agresión.
La violación tuvo lugar en octubre de 2016 en el estacionamiento de una discoteca de Valencia y, en una primera sentencia, la Audiencia Provincial valenciana condenó al hombre a seis años de prisión por agresión sexual.
Luego de esa decisión, fue el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana el que elevó la pena a doce años al aplicar la agravante de situación de especial vulnerabilidad que tiene el Código Penal de ese país.
La chica, que tenía 18 años, “se encontraba muy afectada por el alcohol y las drogas ingeridos”, “no era consciente de la realidad” y tenía “perturbadas sus facultades intelectivas y volitivas, hasta el punto de no ser capaz de determinar su conducta sexual con libertad y conocimiento de la significación de los actos”, según el Tribunal.
Sin embargo, el Supremo ahora fue claro: la agravante de especial vulnerabilidad “no está en la falta o limitación del consentimiento de la persona ofendida, sino en la reducción o eliminación de su mecanismo de autodefensa frente al ataque sexual”.
No a la agravante de especial vulnerabilidad
“La víctima desde un primer momento, en que el acusado la agarró por la cintura, fue consciente de lo que pretendía y mostró su oposición a sus pretensiones, tanto de forma oral, diciendo ‘basta, basta’, como mediante los actos que realizó, tratando de resistirse, mordiéndole, arañándole y golpeándole en la boca”, indicaron los jueces.
Aunque se comprobó que el acusado sabía que la víctima chica no estaba en sus cabales e igual decidió aprovecharse, el Supremo indicó que el alcohol y las drogas que la joven había tomado “no supusieron reducción o eliminación de su posibilidad de autodefensa frente al ataque sexual”.
La violencia que ejerció el acusado “probablemente le hubiera permitido perpetrar la agresión en análogas circunstancias aun en el supuesto de que la víctima no hubiera tenido afectadas sus capacidades volitivas e intelectivas”, por eso no aplicaron la agravante de especial vulnerabilidad.
El actual presidente del Tribunal Supremo de España es Carlos Lesmes. El órgano cuenta con 79 magistrados que se reparten entre las cinco Salas que componen el Tribunal, una por cada orden jurisdiccional.