La situación referida a los Derechos Humanos en Irán atraviesa uno de sus peores momentos por estos días. Y es que el régimen de aquel país ahorcó a dos hombres acusados de blasfemias, según indicaron las autoridades, y la condena de pena de muerte por este delito se convierte en una sentencia prácticamente inusual en el país de Medio Oriente.
En los últimos meses, y en respuesta a las crecientes protestas contra estas decisiones, se ha registrado un inusual crecimiento en las ejecuciones en Irán. De acuerdo a lo informado por el grupo de Derechos Humanos en Irán (con sede en Oslo), en lo que va de 2023 han sido ejecutadas 203 personas.
Lo llamativo en la más reciente sentencia a muerte es que, durante los últimos meses, se habían reducido las sentencias por el delito de blasfemoa. Por ello mismo es que las ejecuciones -por ahorcamiento- de Yousef Mehrad y Sadrollah Fazeli Zare se convierten en la más preocupante de las novedades.
Las acusaciones y la sentencia
Según confirmaron las autoridades del régimen de Irán, en las últimas horas fueron ejecutados dos hombres por el delito de blasfemia. Ambos fueron sentenciados por ahorcamiento en la prisión de Arak, en el centro de Irán, y se encontraban detenidos desde mayo de 2020 (hace 3 años).
Yousef Mehrad y Sadrollah Fazeli Zare estaban acusados de haber participado en un canal de la plataforma de mensajería instantánea Telegram que llevaba por nombre “Crítica de la superstición y la religión”. Allí, de acuerdo a la acusación formal y a lo manifestado por las autoridades iraníes, los dos condenados a muerte -y ya ejecutados- habían insultado al profeta Mahoma, además de fomentar el ateísmo, de acuerdo a la agencia de noticias de la judicatura iraní Mizan.
También pesaba sobre ellos la acusación de haber quemado un Corán (libro sagrado del Islam), aunque no se especificó si habían sido ellos los autores de este acto o simplemente ellos habían difundido imágenes de este acto en la mencionada app Telegram.
Antes de ser ejecutados, Mehrad y Fazeli Zare estuvieron confinados y aislados, según denunció la Comisión Internacional de Estados Unidos sobre la Libertad Religiosa, y agregaron que ni siquiera pudieron comunicarse con sus familias.
Repudio internacional
El director de Derechos Humanos en Irán, Mahmood Amiry-Moghaddam lamentó públicamente las ejecuciones y destacó que la teocracia iraní actúa con “naturaleza medieval”.
“La comunidad internacional debe mostrar con su reacción que las ejecuciones por expresar una opinión son intolerables. La falta de reacción de la comunidad internacional es una luz verde para el gobierno iraní y aquellos con la misma mentalidad en todo el mundo”, destacó el activista en un comunicado.
Además de la inusual ejecución por blasfemia -ejecutada durante las últimas horas-, en los últimos meses se han incrementado las ejecuciones de forma sistemática y que incluyen a miembros de minorías étnicas. Todo se incrementó como reacción a las numerosas protestas registradas luego de la muerte de Mahsa Amini (22), ejecutada en septiembre pasado. La joven había sido arrestada, torturada y sentenciada a muerte por no usar su hiyab correctamente.
Desde entonces, y luego de las manifestaciones, al menos cuatro personas acusadas de delitos durante estas marchas han sido ejecutadas. De acuerdo a distintos reportes, cerca de 500 personas murieron durante las protestas, mientras que otras 19.000 personas fueron detenidas.
Según la agrupación Derechos Humanos en Irán, durante 2022 fueron ejecutadas al menos a 582 personas en manos de la teocracia iraní, un número por demás considerable si se las compara con las 333 penadas en 2021. En tanto, el reporte más reciente de Amnistía Internacional ubicaba a Irán como el segundo país que más detenidos ejecuta, sólo por detrás de China.